Foto: Arelys García | Escambray
Texto: Hugo León
Manuel Rodríguez Santos, conocido como Manolito, tiene 21 años y ha estado lidiando desde 2019 con una insuficiencia renal crónica terminal. Esto lo obligó a estar conectado a una máquina de diálisis durante 10 horas cada noche, esencial para su supervivencia. Sin embargo, el 12 de diciembre, se llevó a cabo su trasplante de riñón.
El órgano donado provino de su amigo de la infancia, Johny Rivadeneira, otro joven cercano a su edad que, sin necesidad de capa, se ha convertido en un héroe real al salvarle la vida.
La operación se realizó el 12 de diciembre en el Hospital Hermanos Ameijeiras y tuvo una duración de tres horas. Según el medio espirituano Escambray, se trató del primer trasplante de riñón de donante vivo no emparentado realizado a un paciente de la región central de Cuba.
Cuba Noticias 360 consultó a un especialista vinculado al medio, quien explicó que este procedimiento conlleva ciertos riesgos, pero que, tras la recuperación, lo habitual es que el donante pueda llevar una vida sin complicaciones, ya que el riñón restante puede cumplir las funciones fisiológicas requeridas.
El proceso de recuperación puede durar más de un mes y medio, dependiendo de cada paciente; en el caso del receptor del órgano, los cuidados son aún más meticulosos. Generalmente, se recomienda que el trasplantado permanezca en el hospital o en sus alrededores durante los primeros tres meses, y el periodo completo de recuperación abarca de seis a ocho meses, según informó el doctor.
El acto salvador y la operación
El periódico Escambray relata que la operación se desarrolló sin contratiempos, aunque tras esta, Manolito fue trasladado a un cubículo aislado de terapia intensiva, y Johnny experimentó fiebre al sexto día, lo que impidió que recibiera el alta como estaba previsto.
Manolito enfrentó presión alta durante varios días y episodios de vómitos, mientras que Johnny contrajo una infección, pero ambos jóvenes lograron superar estas complicaciones.
La historia de estos amigos no comenzó en el hospital. El gesto heroico sorprendió a la familia de Johnny, pero el joven estaba seguro de su decisión: su mejor amigo atravesaba un momento crítico y podía morir sin un donante. «Yo me ofrecí», comentó el joven al medio estatal.
“Cuando me dijeron que era O negativo y coincidente con el grupo y factor de Manolito, la felicidad fue enorme. Ha sido un proceso largo de pruebas y emociones intensas. Uno no sabe si todo saldrá bien”, compartió.
Relató que algunos mayores le decían que estaba loco por hacer eso, pero otros jóvenes como él lo comprendían y le manifestaron que también operarían así por sus mejores amigos.
Una fotografía publicada en el diario muestra a ambos amigos juntos unos días antes de la operación. A la izquierda, la sonrisa sanadora de Johnny; a la derecha, Manolito, quien recibió el órgano que le permitirá vivir.
Manolito confesó que nunca se había hecho ilusiones sobre una recuperación completa, pero el acto de Johnny le transformó la vida y le salvó.
El joven admitió que convivir con la enfermedad ha sido complicado, pero ha sentido el apoyo constante de su familia, su novia, sus amigos, los médicos y de Johnny, quien además tuvo que posponer importantes proyectos en su vida para salvarlo.