Foto: Jorge Luis Borges
El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas de España han llegado a un acuerdo en la Comisión de Salud Pública para flexibilizar aún más algunas de las medidas contra la COVID-19 a partir del 28 de marzo.
Desde el próximo lunes, las pruebas diagnósticas para todos los casos sospechosos de coronavirus dejarán de ser obligatorias.
Las pruebas de antígenos y PCR solo se indicarán en situaciones graves, para personas vulnerables -como mayores de 60 años, inmunodeprimidos y embarazadas- y en entornos vulnerables como los sanitarios y sociosanitarios.
Las personas que no presenten ninguna condición de riesgo y/o sean menores de esa franja de edad ya no serán recomendadas para pruebas en casos leves y asintomáticos, por lo que tampoco se verán obligadas a aislarse.
A quienes presenten síntomas leves se les aconsejará seguir algunas medidas preventivas, como el uso de mascarillas y evitar el contacto con personas vulnerables.
Las autoridades sanitarias han afirmado que estas modificaciones han sido comunicadas y valoradas en conjunto con el Centro Europeo de Control de Enfermedades.
“Se han establecido mecanismos para garantizar la coordinación con la vigilancia a nivel europeo y la adecuada inclusión de la información generada en España en los informes y documentos de seguimiento de la pandemia en la UE”, indica un comunicado del ministerio.
Esta flexibilización permanecerá en vigor hasta que se produzca alguna modificación negativa en los índices de control del coronavirus.