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Lo que empezó como una «operación militar especial», según palabras del propio Vladimir Putin, podría finalizar con Rusia asumiendo el control sobre Ucrania y juzgando a su actual gobierno, de acuerdo con informes de medios y expertos internacionales.
En la actualidad, se informa que las fuerzas rusas están intentando tomar Chernobyl, una región de gran importancia histórica y simbólica, debido al accidente nuclear de 1986 en la planta localizada allí, lo cual lamentablemente lo ha convertido en un lugar notable.
Por su parte, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski ha advertido a las naciones occidentales que “si no nos ayudan hoy, la guerra llegará a sus países”. Mientras tanto, el gobierno ucraniano ha impuesto un toque de queda en Kiev, una medida necesaria debido a los ataques que ha sufrido el país durante el día.
En Rusia, decenas de personas se congregaron en la Plaza Pushkin de Moscú para manifestarse en contra de la intervención, gritando “no a la guerra”, y fueron arrestadas por las autoridades.
La Unión Europea ha aprobado un paquete de medidas para detener las violaciones militares de Moscú, pero parece que no darán resultados efectivos. “La forma más eficaz es asistir a Ucrania con ayuda económica y financiera”, señaló el primer ministro español Pedro Sánchez tras la reunión del Consejo de Seguridad de la Unión Europea.
El primer ministro portugués, Antonio Costa, mencionó que la OTAN no intervendrá de forma directa en Ucrania, sino que tendrá un rol “disuasorio”. A su vez, los líderes del G7 manifestaron su apoyo y solidaridad con la nación ucraniana, reafirmando su compromiso con la democracia, aunque sin ofrecer detalles sobre los próximos pasos a seguir.
Hasta ahora, el avance militar ruso ha sido muy rápido, pero ha dejado decenas de muertos en ambos lados. El gobierno ucraniano se ha enfocado en proteger a la mayor cantidad posible de civiles, mientras también llama a aquellos que estén en edad y deseen hacerlo a defender al país de la agresión rusa.