Foto: Youtube | Telemundo Noticias
Es posible que la Universidad Internacional de La Florida haya alcanzado un récord entre latinos, especialmente entre cubanos, y no en sus actividades deportivas. Si no es un récord, por lo menos tiene un buen promedio.
A partir de ayer, la historia del emigrante cubano Roberto Fernández ha ocupado espacios en numerosos medios y redes sociales de la zona sur de Florida y más allá.
Con 85 años, el «viejo» Fernández cumplió su sueño de graduarse en la FIU (las iniciales en inglés que se utilizan para referirse a la universidad) y las imágenes difundidas del momento fueron muy emotivas. Rodeado de aplausos y vítores de cientos de jóvenes, también graduados esa tarde, Fernández, apoyado en su bastón y vestido con su traje académico, toga, birrete y muceta, subió al escenario para recibir el tan esperado diploma por el que había esperado décadas.
Hace 50 años, en 1975, Fernández estuvo a solo una promoción de graduarse cuando dejó FIU para enfocarse en su creciente negocio de contabilidad. Ahora, regresó para concluir lo que comenzó.
Su caso es similar al de la estadounidense Arlyne Frankel, también mayor de 80 años, quien se graduó en la FIU en 2022.
Frankel inició su universidad en Boston a los 18 años en 1954, pero no pudo terminar. En cambio, Fernández se inscribió por primera vez en FIU en 1972, el año en que la universidad abrió sus puertas. Había llegado a Miami en 1969, emigrando previamente de Cuba a España y luego a Nueva York antes de establecerse en su hogar permanente en la conocida «capital del exilio cubano».
Durante tres años, logró conciliar sus clases y trabajo, aunque su negocio era exigente. Cuando dejó FIU, siempre creyó que había perdido la oportunidad de obtener un título. La vida continuó. Tiene hijos, nietos y muchos más clientes. Su esposa, Marcia, se graduó con tanto la licenciatura como el máster en FIU. Vio cómo su hijo, Robert, obtuvo dos másters en su «casi» alma mater, ambos en negocios. Una conversación casual con Robert lo llevó a reconsiderar su graduación «congelada».
«Después de que mi hijo comenzó a dar clases allí, todos los recuerdos y la motivación para hacerlo regresaron», comentó Fernández al sitio oficial de la FIU. «Empecé a pensar en ello y le pedí que averiguara si podía graduarme».
Robert consultó a sus colegas para obtener más información sobre el programa de grado en Estudios Interdisciplinarios en la Facultad de Artes, Ciencias y Educación. Este programa, diseñado para estudiantes con trayectorias profesionales únicas, fue perfecto para ayudar a Fernández a graduarse finalmente.
«Estuve tan cerca… Sentía vergüenza al pensar que, debido a que no pude cursar esa última asignatura, no pude graduarme», expresó Fernández. «Puede que no tenga el título que pretendía, pero tendré uno igual de valioso».
Nunca abandonó el sueño de graduarse, aunque no creía que fuera posible.
«Cuando vi que podía, me sentí tan feliz y bien. A mi edad, esto es algo que siempre quise hacer en mi vida», aseguró. «Tengo 85 años, poder asistir a la graduación… no tienes idea de lo bien que me siento al respecto», afirmó al portal de FIU.
Cuando se inscribió en FIU hace 50 años, trabajaba de día y asistía a clases por la noche, algo común entre los estudiantes de esa época. Hoy sigue trabajando en su despacho de contabilidad. Días antes del gran día, solo hablaba y planeaba cómo cruzar el escenario durante la ceremonia de graduación.
«Sé que voy a parecer una «visión» caminando con el resto de los jóvenes, pero no me importa. Para mí, este es un logro que he podido concretar en mi vida», declaró Fernández. Y todo lo que imaginó se hizo realidad el 16 de diciembre.
En medio de tantas noticias indeseables sobre migrantes que aparecen a diario, la historia del abuelo Fernández es un bálsamo. ¡Un cubano se gradúa en la Universidad de La Florida… a los 85 años!



