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Texto: Fede Gayardo
La política en Polonia se vio alterada tras la decisión del Tribunal Constitucional (TC) de disolver de manera inmediata el Partido Comunista de Polonia (KPP), fundado en 2002 y considerado por los jueces incompatible con la Constitución del país.
La presidenta del tribunal, Krystyna Pawłowicz, fue contundente en un comunicado oficial: “no hay espacio en el marco legal de la República de Polonia para un partido que exalta a criminales y regímenes responsables de la muerte de millones, incluidos muchos de nuestros compatriotas”.
Aunque el fallo se emitió ahora, las acciones para ilegalizar al KPP no son recientes. En 2020, el entonces ministro de Justicia y fiscal general, Zbigniew Ziobro, propuso una iniciativa con ese fin. Sin embargo, el proceso se detuvo cuando ningún representante de la Fiscalía se presentó al juicio, algo que es obligatorio en estos procedimientos. El caso fue congelado el pasado 1 de octubre, cuando el mismo TC anunció un aplazamiento indefinido.
El impulso definitivo se dio el 6 de noviembre, cuando el actual presidente de Polonia, Karol Nawrocki, presentó una nueva solicitud para proscribir al partido. En su exposición, reafirmó que el KPP “glorifica regímenes criminales como el estalinismo” y aseveró que “su ideología contradice la Constitución polaca”. También recordó que el texto constitucional prohíbe de manera explícita a los partidos que se fundamenten en “ideologías totalitarias y convicciones afines al nazismo, el fascismo y el comunismo”.
Nawrocki, quien anteriormente dirigió el Instituto de la Memoria Nacional (IPN), reforzó su argumento indicando que “la ideología comunista es opuesta a los valores humanos fundamentales y las tradiciones de la civilización europea y cristiana”.
La decisión del TC obligará, conforme a la Ley de Partidos Políticos, a eliminar de inmediato al KPP del registro oficial. Beata Karoń, presidenta de su Comité Ejecutivo, ya reaccionó restando importancia a la medida, afirmando que “si la propuesta de nuestro partido es tan poco atractiva, simplemente no lograremos apoyo en las elecciones, así que no es necesaria la ilegalización”.
Después de suavizar su programa en 2015 al eliminar la mención explícita a la “revolución comunista”, el KPP sigue promoviendo en su sitio web alabanzas a Stalin, afirmando que “su nombre inmortal vivirá para siempre en los corazones de toda la humanidad progresista y el pueblo polaco siente un cariño particularmente fuerte por su salvador y defensor”.
A pesar del impacto simbólico del veredicto, el Partido Comunista de Polonia ha permanecido en una frágil existencia durante años. Registrado en 2002 como sucesor del partido que gobernó el país bajo un sistema de partido único hasta 1989, actualmente carece de representación institucional y se estima que tiene entre 500 y 1.000 militantes, aunque la organización nunca ha confirmado cifras oficiales.


