Foto: Archivo CN360
La provincia de Holguín enfrenta una crisis sanitaria y logística sin precedentes, que ha llevado a la suspensión del transporte estatal para pacientes que requieren tratamientos de hemodiálisis, una terapia médica esencial y continua de la que dependen numerosas personas con insuficiencia renal crónica.
Sin estos tratamientos, la vida de los pacientes está en alto riesgo, coinciden médicos consultados por Cuba Noticias 360.
Desde hace aproximadamente dos semanas, los servicios de traslado gestionados por la red de Salud Pública han quedado paralizados debido a la falta de combustible, como han confirmando varios pacientes y familiares a medios independientes.
Antes de la suspensión, autobuses estatales recogían a los enfermos en municipios lejanos y los llevaban al Hospital Clínico Quirúrgico Lucía Íñiguez Landín o al Hospital General Universitario Vladimir Ilich Lenin, los principales centros donde se realiza la hemodiálisis en la provincia. Ahora, la interrupción del servicio ha puesto a muchos enfermos en una situación alarmante.
Para asistir a sus sesiones, que generalmente ocurren tres veces por semana, deben ahora costear por su cuenta automóviles particulares o taxis, cuyo costo por trayecto y acompañante puede alcanzar miles de pesos diarios.
Además del impacto económico, la falta de transporte se agrava por las condiciones físicas de los pacientes, quienes, después de horas conectados a máquinas, sufren un agotamiento extremo. Sin un transporte especializado asegurado que los regrese a casa, su estado de salud no solo se mantiene inestable, sino que tiende a deteriorarse.
Por si fuera poco, también hay escasez de insumos básicos para el tratamiento en los hospitales. Las máquinas de hemodiálisis están deterioradas y el número de equipos operativos sigue disminuyendo.
En total, más de un centenar de personas depende del tratamiento de hemodiálisis en Holguín y, hasta el momento, no han recibido respuesta oficial sobre la reanudación del servicio ni sobre soluciones permanentes.
