El turismo en Cuba terminará el año con una disminución de cerca del 20% en comparación con 2024.

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Foto: Cuba Noticias 360

Texto: Fede Gayardo

El turismo en Cuba sigue experimentando un descenso, y las cifras más recientes indican un cierre de año muy por debajo de las expectativas oficiales. Según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), entre enero y noviembre la Isla recibió 1,629,787 visitantes internacionales, lo que significa una caída cercana al 20% en comparación con el mismo período de 2024.

El informe estadístico revela que noviembre resultó ser un mes especialmente negativo: 151,895 turistas llegaron al país, marcando uno de los registros mensuales más bajos desde 2021, cuando la pandemia de COVID-19 provocó el cierre de fronteras y casi paralizó por completo el sector. Esta cifra confirma una tendencia a la baja que se ha mantenido a lo largo del año.

Según la ONEI, los principales mercados emisores continuaron siendo Canadá, la comunidad de cubanos residentes en el exterior y Rusia, aunque todos ellos mostraron descensos en comparación con el año anterior. Entre los diez países que más turistas enviaron, solo Argentina y Colombia experimentaron un ligero crecimiento, insuficiente para compensar las pérdidas generales del sector.

La propia dirección del país reconoció recientemente la gravedad de la situación. Durante la última sesión parlamentaria, el Gobierno admitió que el turismo está atravesando una “situación compleja” y que no se alcanzarán las metas previstas.

El plan inicial contemplaba la llegada de 2,6 millones de visitantes en el año, pero el ministro de Economía, Joaquín Alonso, estimó que la cifra final será de alrededor de 1,9 millones, es decir, apenas un 73% de lo proyectado.

Este debilitamiento del turismo, tradicionalmente uno de los principales motores económicos de la Isla, está asociado a múltiples factores. Entre los más destacados están la profunda crisis económica y energética, que impacta directamente en la calidad de los servicios y la experiencia del viajero, la reducción de rutas aéreas y el efecto de las sanciones de Estados Unidos. Todo esto ha disminuido la competitividad del destino Cuba frente a otros mercados del Caribe.

El sector turístico sigue siendo fundamental para los planes de recuperación económica del Gobierno cubano, tanto por su aporte al producto interno bruto (PIB) como por la entrada de divisas, un aspecto que históricamente ha compartido protagonismo con los servicios profesionales y las remesas.

Las cifras actuales confirman una recuperación parcial tras la pandemia. En 2022, Cuba recibió 1,6 millones de visitantes internacionales; en 2023 la cifra aumentó a 2,4 millones, y en 2024 cerró con 2,2 millones, según datos oficiales. Sin embargo, estos números están muy alejados de los máximos alcanzados antes de la crisis sanitaria.

En 2018 y 2019, la Isla disfrutó de un auge histórico del turismo, con 4,6 y 4,2 millones de visitantes respectivamente, impulsado por el llamado “deshielo” en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, así como la flexibilización de las restricciones de viaje desde Washington. Hoy, ese panorama parece distante.

El contraste con otros destinos del Caribe es evidente. Mientras Cuba lucha por mantener su industria turística, polos como Punta Cana en la República Dominicana y Cancún en México registran máximos históricos de visitantes tras la pandemia, consolidándose como opciones preferidas en la región. Una comparación que resalta los retos estructurales que enfrenta el turismo cubano actualmente.

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