Crecen las protestas por la publicidad de artículos de lujo en Cubadebate.

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Foto: RRSS

Texto: Fede Gayardo

La más reciente “estrategia promocional” del diario estatal Cubadebate ha generado una avalancha de críticas por parte de los lectores, quienes cuestionan el desconcierto del medio ante la realidad del país. Se trató de dos publicaciones enfocadas en el Aceite El Tesoro, presentado por Morano Gruppo, y en el ron premium Havana Club Icónica Don Navarro, ambos exhibidos durante la Feria Internacional de La Habana (Fihav) 2025.

Las reacciones, que se han multiplicado en redes sociales y en la propia plataforma, coinciden en que el portal se ha convertido en “una vitrina comercial” desconectada de los problemas urgentes: escasez, apagones, deterioro de los servicios públicos y el aumento de enfermedades.

Algunos usuarios optaron por el sarcasmo, mientras que otros recordaron que en el mercado racionado abundan alcoholes de calidad muy inferior, distantes de las bebidas que el Estado promueve para la exportación.

El caso del aceite colombiano siguió la misma línea de cuestionamientos. Los lectores exigieron transparencia respecto al precio y subrayaron que el supuesto “mercado cubano” mencionado por Cubadebate no corresponde al de la población, sino al de las empresas en divisas.

También acusaron al medio estatal de funcionar como plataforma publicitaria de productos que nunca son vistos por el ciudadano común, en un país donde el aceite desaparece durante meses de las bodegas.

El volumen del descontento dejó al descubierto un divorcio cada vez más evidente entre la prensa estatal y la vida cotidiana. Para gran parte del público, la cobertura de Cubadebate confirma que opera en un plano paralelo, promocionando artículos inaccesibles para la inmensa mayoría de los cubanos.

La polémica se intensificó además en el contexto de Fihav 2025. Allí, BioCubaCafé S.A. presentó su café “Guantánamo 155”, un artículo premium destinado a mercados exclusivos, a pesar de que en el oriente del país la población apenas puede acceder al café normado. También el lanzamiento de rones de lujo como Don Robusto y Raíces provocó malestar por el contraste entre la exhibición de productos sofisticados y la escasez en la red minorista.

La irritación de los lectores no es infundada y se acentúa porque la distribución de alimentos en Cuba atraviesa uno de sus peores momentos. Atrasos constantes en arroz, azúcar y aceite, productos en mal estado por pésimas condiciones de almacenamiento y un sistema marcado por la corrupción deterioran la alimentación de millones de personas.

En paralelo, la dolarización comercial ha ampliado aún más la brecha. La mayoría de los ciudadanos no cuenta con divisas para adquirir alimentos en tiendas con precios internacionales, mientras el mercado en pesos cubanos permanece prácticamente vacío.

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