Foto: RRSS
Texto: Fede Gayardo
La última publicación del Ministerio de Turismo de Cuba (MINTUR) comenzó como una simple promoción del Iberostar Selection La Habana, presentado como el “edificio más alto de Cuba”, pero terminó convirtiéndose en un reflejo viral del malestar social que vive el país.
“Ubicado en plena avenida 23, el Iberostar Selection La Habana te invita a descubrir la ciudad desde el edificio más alto de Cuba. Desde la terraza del piso 32 hasta el Sky Bar del nivel 41, cada vista revela una ciudad vibrante, cultural y única en el Caribe. Reserva en este hotel 5 estrellas y enamórate de La Habana a 155 m sobre el nivel del mar”, escribió la institución estatal en su perfil de Facebook, casi al mismo tiempo que se desmentía oficialmente el rumor de los “1,100 dólares” que atrajo a multitudes hacia varios hoteles del país.
Los comentarios de los usuarios en la red social no tardaron en llegar: “¿Vibrante? La Habana está apagada y destruida”; “Desde allá arriba podrás ver un árbol de Navidad gigante: a veces prende, a veces se apaga”, ironizó un internauta, aludiendo a los apagones que aún afectan a la capital.
Referente a la rumorología sobre Ignacio Giménez repartiendo 1,100 dólares en hoteles de La Habana, una usuaria comentó: “Mañana iré con mi familia a buscar los 1,100 dólares del queridísimo Ignacio Giménez”.
La indignación económica también marcó la conversación. Muchos aprovecharon para contrastar los lujos del hotel con sus propios ingresos. “¿Cuántos años tendría que ahorrar si gano 4 dólares al mes?”, se preguntaba un internauta. Otra respuesta fue aún más gráfica: “Con este salario puedo entrar al hotel en 20 años”.
Los comentarios se convirtieron en una auténtica catarsis colectiva, y las críticas también abordaron la desconexión entre el sector turístico y la vida cotidiana del ciudadano común, con comentarios como: “Qué falta de respeto al pueblo”; “Construyan una termoeléctrica 5 estrellas a ver si salimos del apagón” o “¿Para quién es esto? El cubano normal no puede ni entrar al lobby”.
Lo que debió ser un material promocional para atraer visitantes extranjeros terminó exponiendo, una vez más, la fractura entre la imagen oficial de modernidad hotelera y la dura realidad de una población que lidia con apagones, inflación y salarios simbólicos. En lugar de inspirar viajes, la publicación del MINTUR abrió otra ventana al descontento, recordando que hoy, en Cuba, hasta la foto de un hotel puede encender más que iluminar.
