Foto: Cuba Noticias 360
Un nuevo video que circula en redes sociales ha reactivado las alarmas en Cuba. Las imágenes muestran un violento asalto a un motorista en plena vía pública, un hecho que no es aislado y que confirma lo que muchos cubanos han estado denunciando durante meses: el aumento constante de robos y asaltos en las calles del país.

Se trata, al menos, del segundo caso de robo de una moto que se hace público en las últimas semanas. Hace apenas quince días, otro ciudadano denunció en Facebook que fue asaltado con un cuchillo mientras aguardaba el semáforo en verde en Marianao, La Habana. En ambos casos, las víctimas fueron despojadas de sus motos eléctricas, conocidas popularmente como motorinas.
El acelerado deterioro de la economía cubana, la inflación descontrolada, la escasez de productos básicos y la falta de ingresos podrían ser algunas de las razones que llevan a muchas personas a delinquir como medio de supervivencia. “Esto se veía venir”, asegura un entrevistado, quien explica que el cubano de a pie pasa el día entero “haciendo malabares” para poder alimentarse y recuerda que hace unos años la situación era muy diferente: más segura.
El fenómeno no se limita a las motorinas. También se reportan robos frecuentes de teléfonos móviles, cadenas, carteras y carteristas dentro de los ómnibus urbanos. En el caso de los motoristas, los ataques son cada vez más peligrosos: utilizan cuchillos, machetes, sogas, pedradas e incluso alambres colocados en la vía para provocar caídas.
El Club de Motos Eléctricas en Cuba solicitó recientemente a las autoridades que tomen medidas ante lo que califican como una verdadera ola de asaltos. Sin embargo, las denuncias ciudadanas coinciden en que la policía no actúa con la rapidez y eficiencia esperadas. Personas que han presentado denuncias aseguran que los casos no avanzan y quedan archivados sin consecuencias.
En redes sociales, muchos cubanos también cuestionan por qué no se realiza un operativo policial similar al de las protestas del 11 de julio o el 15 de noviembre, esta vez para detener la delincuencia que afecta directamente a la población.
La situación se agrava a medida que se acercan las fiestas de fin de año. A la inseguridad se suma la dificultad de acceder a alimentos tradicionales. En provincias como Pinar del Río, las autoridades han anunciado que no se venderá carne de cerdo en las ferias agropecuarias debido a la falta de disponibilidad, una decisión que se extiende a otras regiones del país.
Mientras tanto, los precios siguen en aumento, muy por encima de los salarios y pensiones. Ante este panorama, muchos cubanos han optado por el autoaislamiento: según reportes recientes, ciudadanos se recomiendan entre sí no salir de casa después de las ocho de la noche para evitar convertirse en una nueva víctima.



