Foto: Tinseltown | Shutterstock
Texto: Fede Gayardo
El Gran Premio de Abu Dabi cerró la temporada de Fórmula 1 con una dosis de adrenalina y un protagonista inesperado fuera de la pista: la actriz cubana Ana de Armas. A pesar de que la última carrera del año prometía tensiones entre los competidores por el título, la artista acaparó buena parte de la atención gracias a su presencia en el circuito de Yas Marina, donde generó una ola de reacciones, flashes y comentarios que rápidamente dominaron la prensa.
Durante el evento, las cámaras registraron un encuentro entre Ana de Armas y Lewis Hamilton, una escena llena de sonrisas y espontaneidad que se volvió viral en cuestión de minutos, alimentando titulares y especulaciones en redes sociales.
La actriz recorrió horas antes el garaje de Ferrari, saludando a los miembros del equipo, observando el monoplaza y moviéndose con naturalidad entre ingenieros y mecánicos. Vistiendo un atuendo completamente negro con pantalones pitillo, tacones de Louis Vuitton y un estilo sobrio pero elegante, la cubana dejó claro que no necesitaba subir al podio para atraer miradas. Su interacción con Hamilton elevó aún más el ambiente; la cercanía entre ambos fue más que suficiente para convertir ese momento en uno de los grandes temas del día.
Su paso por Abu Dabi no fue efímero. La actriz asistió a los entrenamientos, la clasificación y la carrera, mostrando un genuino interés por la Fórmula 1 y conectando con la atmósfera del circuito. Aunque Hamilton finalizó octavo este domingo 7 de diciembre, el episodio en el garaje continuó siendo uno de los momentos más comentados del fin de semana, reafirmando su capacidad para atraer atención en cualquier escenario.
El evento en Yas Marina reunió a celebridades de alto calibre como Jannik Sinner, Paula Badosa, Emily Ratajkowski y Jason Statham, entre otros, pero ninguna logró eclipsar la presencia de Ana de Armas. En una jornada marcada por definiciones históricas en la pista, ella se convirtió en la figura indiscutible del paddock, recordando que a veces el espectáculo también sucede lejos de los motores.
