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En los últimos días, han surgido versiones contradictorias sobre un posible cambio en la estrategia de detenciones migratorias en Estados Unidos.
Mientras algunos reportes indican un giro táctico del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para disminuir las redadas masivas y visibles, portavoces oficiales han desmentido cualquier modificación formal en la política de control migratorio. ¿Qué está sucediendo realmente?
El supuesto ajuste en la estrategia de ICE
Diversos medios estadounidenses, así como algunos cubanos no estatales, han reportado que el gobierno de Trump estaría reconsiderando su forma de ejecutar las operaciones de detención de inmigrantes indocumentados.
Según estas informaciones, el nuevo enfoque dejaría de priorizar redadas públicas y de gran escala realizadas en tiendas, centros comerciales, lavaderos de autos o en calles concurridas, para concentrarse en acciones más selectivas.
De acuerdo con estas fuentes, las autoridades estarían dirigiendo sus esfuerzos hacia individuos con antecedentes penales graves, especialmente aquellos condenados por delitos violentos o de alto impacto.
La intención detrás de esto sería disminuir el costo político y social de las redadas masivas, que han provocado protestas, enfrentamientos y una fuerte reacción negativa en la opinión pública.
Este posible ajuste no significaría el fin de los operativos, sino una reorganización táctica: menos despliegue visible y más acciones enfocadas en objetivos específicos, con menor exposición mediática.
Pero aparece el comunicado oficial del DHS
La narrativa previamente mencionada ha sido cuestionada por declaraciones oficiales. Tricia McLaughlin, subsecretaria de Seguridad Nacional, negó públicamente que haya un cambio en la estrategia de detenciones de ICE o de la Patrulla Fronteriza, según explicó el periodista Mario J. Pentón.
Según McLaughlin, las políticas migratorias actuales siguen aplicándose sin alteraciones y las agencias federales mantienen, e incluso intensifican, sus operativos de control migratorio.
La funcionaria enfatizó que cualquier ajuste en la estrategia sería comunicado únicamente a través de los canales oficiales del DHS, y no por medio de filtraciones o reportes no oficiales.
El mensaje es claro: no hay un cambio formal ni una nueva directriz que limite o transforme las redadas contra migrantes.
Aunque ambas versiones parecen contradictorias, no necesariamente se excluyen mutuamente. Expertos sugieren que es posible que no exista un cambio normativo oficial, pero sí ajustes operativos internos en la ejecución de las detenciones.
En otras palabras, la política podría seguir siendo la misma en el papel, mientras que en la práctica se adopten tácticas menos visibles o más selectivas para reducir tensiones sociales y desgaste político. Esto podría explicar por qué siguen realizándose operativos de gran alcance en algunas ciudades, mientras que en otras se observa una menor presencia de agentes migratorios.
La migración sigue siendo un eje central en el discurso político del presidente Donald Trump durante su segundo mandato. Sin embargo, encuestas recientes indican una caída en la aprobación ciudadana de su gestión y un aumento en el rechazo a las redadas masivas, incluso entre votantes independientes.
