Foto: Archivo CN360
El tren número 31, que realiza la ruta entre La Habana y Sancti Spíritus, sufrió un descarrilamiento este miércoles 5 de noviembre, alrededor de las 7:30 de la mañana, en las cercanías del municipio de Placetas, en la provincia de Villa Clara. Afortunadamente, el incidente no resultó en heridos entre los 83 pasajeros que viajaban a bordo, aunque sí provocó una interrupción temporal del servicio, lo que llevó a la rápida intervención de las autoridades ferroviarias.
Según informó la dirección de Ferrocarriles en la provincia, el incidente tuvo lugar en el kilómetro 313.5 del tramo central. Aunque solamente un coche se salió de la vía, fue necesario emplear medios alternativos de transporte para trasladar a los pasajeros. Se utilizaron tres ómnibus para completar el trayecto hasta Sancti Spíritus, minimizando así el impacto del suceso.
Inmediatamente, brigadas especializadas en vías y puentes de la Unidad Empresarial de Base La Distancia, localizadas en Placetas, se desplazaron al lugar del descarrilamiento. El coche afectado fue correctamente encarrilado y posteriormente trasladado a los talleres ferroviarios de Santa Clara para su revisión técnica. El resto del tren pudo continuar su recorrido hasta el destino final.
La noticia desató una ola de comentarios en redes sociales. Muchos usuarios denunciaron el deterioro de la infraestructura ferroviaria del país y la frecuencia de este tipo de incidentes. Otros recordaron que estos problemas no son algo nuevo y que las soluciones ofrecidas por las instituciones suelen ser temporales.
A pesar de que no hubo lesiones, el accidente pone en evidencia la fragilidad del sistema ferroviario en Cuba. La escasez de recursos, el envejecimiento del parque técnico y la falta de mantenimiento convierten cada viaje en una fuente de preocupación tanto para los pasajeros como para los trabajadores del sector.
Históricamente, el tren ha sido un elemento clave para la conectividad entre las diferentes regiones de Cuba, especialmente en las provincias centrales. Sin embargo, el deterioro acumulado a lo largo de las décadas ha disminuido su fiabilidad.
Hasta el momento, la dirección de Ferrocarriles no ha proporcionado información sobre las causas técnicas del descarrilamiento ni sobre posibles afectaciones al servicio de trenes. Tampoco se ha comunicado si se llevará a cabo una investigación más profunda para establecer responsabilidades o implementar medidas preventivas.
Este incidente en Placetas añade un nuevo capítulo a la larga lista de eventos que alimentan la desconfianza en un sistema ferroviario que necesita más que simples reparaciones. El debate sobre su recuperación, modernización y sostenibilidad vuelve a cobrar relevancia.





