Foto: FIBA Basketball
La selección argentina de baloncesto se enfrentará a la próxima ventana mundialista el 27 de noviembre en La Habana sin la presencia de sus entrenadores principales, Pablo Prigioni y Herman Mándole, debido a restricciones migratorias relacionadas con la política estadounidense hacia Cuba.
Ambos técnicos residen en Estados Unidos y temen no poder regresar si viajan a la isla, según reporta el medio especializado Basket Plus. Sin embargo, estarán disponibles para el partido de vuelta en Buenos Aires el 1 de diciembre.
Prigioni, que tuvo una carrera de cuatro temporadas en la NBA y fue base de la recordada “generación dorada”, la cual ganó el oro olímpico en Atenas 2004, actualmente es asistente de los Minnesota Timberwolves, mientras que Mándole ocupa un puesto en Sioux Falls Skyforce de la G-League.
Este imprevisto obliga a la Confederación Argentina de Básquetbol a reorganizar su cuerpo técnico y a enfrentar el inicio de las eliminatorias de América para el Mundial de 2027 sin la dirección programada, lo que genera preocupación entre los directivos del deporte en la región.
Según se ha informado, Nico Casalánguida asumirá el mando de la selección albiceleste en Cuba. Este entrenador cuenta con experiencia en ligas de Argentina, México, Uruguay y Venezuela, además de haber estado en procesos mundialistas y en citas olímpicas.
Tanto el entrenador del seleccionado como su asistente no podrían regresar a Estados Unidos si estuvieran presentes en La Habana. Ambos estarán para el juego en Buenos Aires.
Por tema de visado Prigioni y Mándole no irían a Cuba: dirigiría Casalánguidahttps://t.co/V5FRy1OKfO pic.twitter.com/YKkFEZWv3s
— basquetplus (@basquetplus) November 21, 2025
El baloncesto cubano ha enfrentado repetidamente consecuencias por las políticas estadounidenses contra la isla, incluyendo la presentación con solo siete jugadores en febrero de 2024, cuando solo ese grupo logró obtener visas para ingresar a la nación norteamericana.
En febrero de 2025, Cuba tampoco recibió visas para su compromiso en Puerto Rico, lo que llevó a la pérdida automática del encuentro y dejó al equipo sin la clasificación a la Americup, a pesar de contar con opciones reales para avanzar.
Las medidas estadounidenses impactan de manera directa e indirecta en la actividad deportiva de Cuba, pero el caso argentino muestra que los efectos no se limitan a selecciones o atletas cubanos, sino que también empiezan a afectar a profesionales de otros países que deben elegir entre participar en eventos oficiales o mantener el acceso a territorio norteamericano.
Este episodio se suma a una serie de impactos extradeportivos derivados de las restricciones migratorias asociadas al bloqueo, que ahora condicionan calendarios internacionales, la participación de equipos y decisiones administrativas más allá del ámbito cubano.



