El turismo en Cuba atraviesa su crisis más grave desde la pandemia: alojamientos casi desiertos.

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Foto: Cuba Noticias 360

Los datos más recientes de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) evidencian una situación alarmante en la actual temporada turística en Cuba, donde únicamente el 18,9% de las habitaciones hoteleras se encontraban ocupadas en los primeros nueve meses del año. En otras palabras, más del 80% de la infraestructura turística quedó desocupada entre enero y septiembre de 2025.

Este descenso en la ocupación no es un hecho aislado. Se suma a una disminución general en la llegada de turistas, que fue un 20,5% menor en comparación con el mismo periodo de 2024. Esta caída en las cifras internacionales impacta directamente en un sector clave para la economía del país. Los resultados son evidentes en los ingresos: se recaudaron 82,8 millones de pesos cubanos, equivalentes a apenas 690.000 dólares al tipo de cambio oficial. Esto representa una reducción del 12,1% en comparación con el año anterior.

A pesar de la recuperación del tráfico aéreo regional y la reapertura de algunos mercados, estos esfuerzos no han sido suficientes. Las proyecciones iniciales del Gobierno, que apuntaban a recibir 2,6 millones de turistas en 2025, parecen cada vez más inalcanzables. Si esta tendencia persiste, el país ni siquiera alcanzará la cifra mínima de 2,2 millones que cerró 2024, la más baja en casi dos décadas, a excepción de los años más críticos de la pandemia.

El deterioro es aún más evidente al observar las estadísticas históricas. En 2018, Cuba registró un récord de 4,6 millones de visitantes internacionales. En 2019, fueron 4,2 millones. Desde entonces, la caída ha sido constante. Las causas son múltiples, e incluyen desde la crisis económica interna hasta las restricciones externas. Las sanciones impuestas por Estados Unidos, junto al déficit energético, afectan tanto la operatividad de los servicios como la percepción del destino.

Los datos por país emisor también ayudan a entender la situación. Canadá, Rusia y Estados Unidos siguen siendo las principales fuentes de visitantes, aunque solo Argentina ha mostrado un crecimiento interanual en el número de turistas: más del 7%. En contraposición, la llegada de cubanos residentes en el exterior, un grupo tradicionalmente significativo, disminuyó un 20,7% en comparación con el mismo periodo del año anterior.

El Gobierno subraya la importancia del turismo como una vía para captar divisas y revitalizar la economía nacional. Sin embargo, la realidad presenta un panorama cada vez más desfavorable. La inversión en nuevas instalaciones contrasta con la escasa demanda. Mientras algunos hoteles estatales permanecen abiertos con mínima ocupación, otros operan al borde del cierre técnico.

A nivel internacional, competidores regionales como República Dominicana, México y Colombia han recuperado o incluso superado sus niveles prepandemia. En cambio, Cuba no logra revertir la tendencia a la baja. Las campañas promocionales en ferias turísticas no han sido suficientes para contrarrestar los efectos del desabastecimiento, las quejas sobre la calidad del servicio y las dificultades logísticas que enfrentan los visitantes.

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