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La Iglesia Católica ha expresado su firme desacuerdo, pero Nicolás Maduro ya había tomado otra de sus controversiales decisiones: la Navidad comenzará en Venezuela a partir del 1 de octubre.
Con una gaita navideña venezolana interpretando la emblemática melodía “Huele a Navidad”, el mandatario anunció la celebración anticipada en su programa televisivo Con Maduro+, una decisión que tiene una clara motivación económica.
“Faltan algunas semanas para que llegue diciembre, este año ha pasado rápido y ha sido un año bueno, bonito, lleno de avances en todas las áreas de la vida —aseguró—. Dado que nuestro pueblo está siempre buscando su felicidad y promoviendo la actividad económica, comercial y cultural, vamos a aplicar la fórmula que hemos utilizado en años anteriores, la cual ha tenido buenos resultados para la economía, la cultura y la alegría. Por eso, decreto que a partir del primero de octubre comienza la Navidad en Venezuela nuevamente. Este año también”.
En 2024, la anticipación ocurrió tras la polémica reelección de Maduro, unos comicios denunciados como fraudulentos por la oposición. Esta denuncia fue respaldada por instituciones internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Comité de Derechos Humanos de la ONU; sin embargo, Maduro desoyó las quejas y llegó a ordenar la detención del candidato opositor, Edmundo González.
El adelanto de la Navidad también se llevó a cabo en 2019, 2020 y 2022, con celebraciones públicas para conmemorar la fecha. En este 2025, la medida viene acompañada de una creciente tensión entre Venezuela y Estados Unidos, que ha desplegado navíos y personal en el Caribe, una situación que mantiene en alerta a la región y que podría desencadenar un conflicto bélico en cualquier momento.
Antes de las festividades de diciembre, el gobierno de Maduro suele ampliar la distribución de ayudas y alimentos en los barrios, con bolsas que incluyen, por ejemplo, jamones o perniles; todo ello con la intención de calmar los ánimos casi siempre intensos de la ciudadanía.
Visiblemente contrariada por el cambio de fechas impuesto por el mandatario, la Iglesia Católica ha reafirmado que la forma y el tiempo de su celebración solo competen a la autoridad eclesiástica. “Esta festividad no debe ser utilizada con fines propagandísticos ni políticos particulares”, afirmaba un comunicado en las redes sociales de la Conferencia Episcopal Venezolana en 2019, un argumento que mantienen este año.