Texto: Hugo León
Foto: Archivo CN360
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, ha decidido que las celebraciones navideñas en su nación comiencen desde el 1 de octubre. Esta práctica, aunque ya conocida, ha generado tanto festejos como críticas por parte de organizaciones, sectores del país e internautas en general.
¿Qué implica esta Navidad en Venezuela?
La decisión no es novedosa: en años anteriores, el gobierno ya había adelantado la temporada festiva como parte de una estrategia para “estimular la alegría, la cultura y el comercio”. Sin embargo, esta vez, el anuncio estuvo acompañado de un gran despliegue: el encendido de luces en plazas públicas, espectáculos musicales, fuegos artificiales y decoraciones en lugares emblemáticos de Caracas.
Uno de los momentos más polémicos reportados por la prensa local fue la iluminación del Helicoide, un centro de detención que ha sido denunciado internacionalmente por presuntas violaciones a los derechos humanos, lo que generó reacciones de rechazo en redes sociales y entre organizaciones de la sociedad civil.
Según el argumento oficial, adelantar la Navidad busca garantizar “el derecho sagrado a la felicidad”, incentivar el consumo interno y fortalecer la cultura popular. El propio Maduro lideró actividades públicas en las que se cantaron villancicos y se llevaron a cabo presentaciones de orquestas infantiles.
No obstante, esta iniciativa no ha sido bien recibida por todos. La Conferencia Episcopal Venezolana, por ejemplo, ha cuestionado esta medida y ha advertido que las festividades religiosas no deben ser utilizadas con fines políticos o propagandísticos.
Críticos y analistas también ven la medida como una estrategia para desviar la atención de la crisis económica, la inflación persistente y las tensiones con Estados Unidos, que en las últimas semanas incluyeron el despliegue de buques militares en el Caribe.
En contraste, muchos venezolanos han recibido con entusiasmo la decoración anticipada y la música navideña en las calles, mientras que otros han expresado en redes sociales su escepticismo ante lo que consideran una “Navidad adelantada” que no soluciona los problemas cotidianos.
Con este anuncio, Venezuela se posiciona nuevamente como uno de los primeros países en dar inicio oficial a las festividades decembrinas, en un contexto donde la celebración coexiste con la polarización política y la incertidumbre social.