Texto: Hugo León
Foto de referencia: Archivo CN360
El Consultorio No. 2 del Policlínico Frank País, situado en el reparto Agüero de Santiago de Cuba, ha sido víctima de un robo esta semana, apenas un mes después de haber enfrentado un incidente similar.
Los ladrones forzaron la entrada del establecimiento y se llevaron diversos instrumentos médicos, entre los que se incluyen una pesa infantil, pinzas para curas y otros insumos que aún no han sido contabilizados, según anunció en redes sociales el comunicador independiente Yosmany Mayeta Labrada.
Este acontecimiento ha generado gran indignación entre los moradores, quienes expresan que se sienten desprotegidos ante la creciente ola de robos que azota los centros de salud de la ciudad. “El consultorio está destrozado, y lo poco que quedaba se lo están llevando poco a poco”, lamentó una vecina de la zona.
En agosto, el mismo consultorio había sido asaltado y despojado de sus puertas, mientras que los vecinos denunciaron una respuesta tardía de la Policía, que habría pospuesto su intervención “hasta que amaneciera”.
Los robos no son exclusivos de Santiago de Cuba. En los últimos meses se han reportado incidentes similares en otras provincias, incluido el saqueo del laboratorio de Microbiología del Hospital Clínico Quirúrgico Diez de Octubre, en La Habana, que ocasionó la destrucción de muestras y el cierre temporal del servicio. Además, en el Hospital Salvador Allende, conocido como La Covadonga, se están investigando robos de equipos y materiales.
El comunicador Mayeta advirtió que la repetición de estos delitos pone de manifiesto “la grave inseguridad que enfrentan los centros de salud pública en Cuba, sin vigilancia estable ni recursos para su protección”. Para muchos ciudadanos, la falta de respuesta efectiva de las autoridades no solo perjudica a las instituciones, sino que también mina la confianza de la población. “El robo ya no es solo al consultorio”, expresó, “es al derecho de la gente a ser atendida con dignidad”.
Los asaltos reiterados a instituciones médicas en diferentes partes del país confirman un patrón alarmante: la creciente vulnerabilidad de los espacios destinados a la atención sanitaria, en medio de un contexto de crisis económica y debilitamiento institucional.
