Texto: Hugo León
Foto: RRSS
La locomotora y el primer coche del tren No. 16 que opera entre La Habana y Holguín experimentaron un descarrilamiento anoche en el patio de la comunidad Bartle, ubicada en el municipio de Las Tunas.
Eduardo Rodríguez Dávila, ministro de Transporte de Cuba, comunicó a través de sus redes sociales que el tren circulaba a una velocidad muy baja, típica de las maniobras en un patio ferroviario.
«La locomotora 52554 y el primer coche de la formación (el cual cuenta con el equipamiento para la generación eléctrica del tren) se descarrilaron, aunque permanecieron enganchados a los restantes coches, que no sufrieron daños», precisó.
Afortunadamente, no se reportaron heridos ni daño a la integridad de los pasajeros y tripulantes. Según el titular, se conformará de inmediato una comisión para investigar este lamentable incidente.
Rodríguez Dávila añadió que se envió una locomotora adicional al sitio del accidente para que trasladara la formación a la estación central de la ciudad de Las Tunas, con el objetivo de ofrecer una atención más adecuada a los pasajeros y tripulantes.
En los últimos meses, se han incrementado los incidentes relacionados con trenes de pasajeros en la Isla, lo que suscita una gran preocupación entre los usuarios de este servicio.
Por ejemplo, en septiembre, la Unión de Ferrocarriles de Cuba reportó en un solo día dos actos vandálicos contra trenes nacionales de pasajeros.
Aunque muchos usuarios responsabilizan del accidente al mal estado de las vías, una parte significativa de la población opina que se trata de acciones de sabotaje contra los servicios públicos del país.
«No seamos ciegos, esto lo están haciendo personas inescrupulosas para perjudicar la economía y empeorar la situación. Me pregunto qué pasa por la mente de alguien que no considera la cantidad de personas que viajan en un tren, ya que podría haber consecuencias fatales por incidentes como este. Es cierto que las vías están en malas condiciones, pero aunque el tren se demore mucho más, gracias a eso no ha ocurrido una desgracia mayor», comentó una usuaria.
Ante el aumento de este tipo de comportamientos, el gobierno cubano decidió tipificar como sabotaje los delitos contra trenes y otros servicios estratégicos, lo que disminuye el amparo legal y permite imponer penas severas e incluso adoptar medidas ejemplarizantes.



