Foto: RRSS
Texto: Fede Gayardo
Un joven de 14 años, conocido como Ronald y que había estado desaparecido desde el pasado viernes, fue encontrado sin vida este fin de semana en La Habana.
De acuerdo con personas cercanas a su familia en redes sociales, el chico fue hallado ahogado en una de las piscinas de la Ciudad Deportiva, apenas un día después de que se reportara su desaparición.
A pesar de que sus allegados afirman que “nadie le quitó la vida”, las circunstancias exactas de su deceso permanecen sin esclarecer, ya que las autoridades no han emitido un pronunciamiento oficial sobre el suceso.
Ronald residía con su madre en la calle Patria, en el municipio Cerro, y estaba estudiando en la Escuela Secundaria Básica Camilo Cienfuegos, según confirmaron sus compañeros.
En una publicación en la página de Facebook ‘La Tijera’, un adolescente llamado Sandro González, quien compartía aula con él, expresó su profundo pesar por la pérdida y desmintió rumores que sugerían un posible crimen.
Durante más de 24 horas, familiares, amigos, docentes y vecinos se unieron en su búsqueda. “Desde el inicio, se hizo hasta lo impensable, todos juntos, sin pensarlo, madres, padres, profesores, vecinos, se buscó de manera incansable. Su mamá solo lo tenía a él y él a ella… Muy triste…”, escribió en la red social una joven identificada como Liany Morejón Rodríguez.
El descubrimiento causó una ola de dolor e incredulidad en la comunidad. Vecinos, compañeros de escuela y padres de sus amigos compartieron mensajes de condolencia para su madre, Mayelín, y describieron al niño como risueño, travieso y querido por todos.
El caso ha reavivado el debate sobre la falta de mecanismos oficiales de alerta rápida ante desapariciones en Cuba. Sin protocolos ni plataformas institucionales, las redes sociales una vez más se convirtieron en la única herramienta para difundir la desaparición del menor y coordinar la búsqueda.
A la espera de una explicación oficial que aclare las circunstancias del fallecimiento de Ronald, la tragedia ha dejado a una madre devastada, a una escuela en duelo y a toda una comunidad conmocionada por la pérdida de un niño cuya historia volvió a evidenciar las carencias del sistema de protección infantil en la Isla.