Foto: BAC-Habana
Un reciente caso de maltrato animal ha suscitado una fuerte indignación en Cuba. La organización Bienestar Animal Cuba (BAC) ha denunciado que un perro llamado Ron fue brutalmente atacado por un militar en activo, en el barrio de Casablanca, municipio Regla, La Habana. Este incidente, que ocurrió hace poco, ha sido calificado por los activistas como un acto de extrema violencia que no debe quedar impune.
Ron, descrito por sus cuidadores como un perro doméstico muy querido en su comunidad, solía dar paseos breves por los alrededores de su hogar y siempre regresaba. Sin embargo, esta vez fue encontrado por su dueña tirado en el suelo, sangrando, con tres machetazos en la cabeza.
El presunto agresor, identificado como Julio C. Dueñas, intentó justificar su comportamiento alegando que el perro había matado a algunas de sus gallinas.
Los vecinos no apoyan esa versión. Según testimonios recopilados por BAC, Dueñas ya ha tenido episodios violentos previos. «Este individuo simplemente desató su violencia contra un ser indefenso», afirmó la organización en su denuncia, señalando además que hay otros antecedentes similares que han quedado sin consecuencias legales.
La indignación se ha propagado en redes sociales, donde etiquetas como #JusticiaParaRon y #BastaDeMaltratoAnimal se han vuelto virales. Activistas y ciudadanos exigen una respuesta contundente. BAC ha informado que ha enviado los datos del agresor a entidades internacionales para evitar que, en caso de salir del país, pueda evadir su historial de violencia en otras jurisdicciones.
Asimismo, la organización ha confirmado que presentará una denuncia formal ante Sanidad Animal en los próximos días. «Queremos activar todos los mecanismos institucionales disponibles para que este hecho no quede impune», indicaron. Prometieron mantener a la comunidad actualizada sobre cada avance en el proceso legal.
Ron, por su parte, permanece en estado delicado. BAC explicó que presenta signos neurológicos preocupantes y su pronóstico es reservado. Aunque ha mostrado una leve mejoría al ingerir algo de comida, su recuperación sigue siendo incierta. Los veterinarios que lo atienden advierten sobre posibles secuelas graves.
Más allá de este caso específico, BAC enfatiza que una sociedad que tolera la violencia contra los animales también se expone al deterioro moral y cívico. «Porque alguien capaz de atacar con esa brutalidad a un animal, representa un peligro para todos», concluyeron.
