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Texto: Fede Gayardo
Las autoridades en Cuba han presentado un nuevo plan alimentario que busca introducir de manera gradual una serie de suplementos nutricionales destinados a la población más vulnerable.
En una reunión liderada por el primer ministro Manuel Marrero Cruz, la comisión responsable de los asuntos productivos y tecnológicos presentó una propuesta que incluye diversos productos desarrollados por el Instituto de Investigaciones para la Industria Alimentaria (IIIA), todos elaborados con materias primas nacionales.
Entre los productos se destacan una bebida a base de arroz, un jarabe de sangre denominado Hemolin, galletas con cúrcuma y una bebida simbiótica a base de suero lácteo. Según el gobierno, su distribución iniciará “de forma paulatina”, con énfasis en hogares de ancianos y casas de abuelos.
Este anuncio ha generado reacciones de sorpresa y escepticismo en las redes sociales, especialmente en relación al controvertido Hemolin, del que no se han proporcionado detalles sobre su composición ni sus beneficios.
La noticia ha llevado a algunos usuarios a recordar experimentos similares del Período Especial, como el Lactofré, una bebida a base de suero lácteo que se distribuyó en escuelas y centros de ancianos en ese entonces.
Los especialistas advierten que, aunque el arroz y la cúrcuma son ingredientes potencialmente útiles, su aporte nutricional es limitado frente a la falta de proteínas y alimentos esenciales que enfrenta gran parte de la población.
Otros señalan que la cúrcuma podría estar utilizándose más como una forma de enmascarar los sabores de harinas de baja calidad que como un verdadero refuerzo alimenticio.
A pesar del discurso estatal sobre la “soberanía alimentaria” y las “nuevas fórmulas” para enfrentar la escasez, la realidad es que miles de cubanos, en particular los ancianos, no cuentan con una dieta adecuada. Los altos precios, la escasez de proteínas y la falta de suplementos vitamínicos accesibles agravan la situación de vulnerabilidad.