FotoCollage: RRSS
Texto: Fede Gayardo
La Dirección Provincial de Servicios Necrológicos en Holguín justificó la falta de acción respecto al cuerpo de Georgina Coello Pérez, de 66 años, que permaneció aproximadamente 15 horas sin ser trasladado desde su domicilio.
El comunicado oficial, publicado en el perfil de Facebook ‘Realidades desde Holguín’, arremete contra los propios familiares de la fallecida, alegando que estaban “ingiriendo bebidas alcohólicas” y que se negaron a colaborar con el chofer de la carroza fúnebre en la manipulación del cadáver.
Según la versión del gobierno, el primer vehículo funerario llegó apenas media hora después del fallecimiento, pero el trabajador, Víctor Hidalgo Blanco, habría abandonado el lugar tras “más de una hora” de espera porque los dolientes rehusaron ayudarlo a bajar el ataúd y mover el cuerpo.
Como resultado, la difunta estuvo expuesta en su hogar hasta pasadas las 4:00 p.m., momento en que finalmente llegó otra carroza para trasladar el cadáver al cementerio de Mayabe. A esa hora, la despedida se realizó sin la presencia de familiares, vecinos ni amigos, ya que la comunidad seguía sumida en la protesta y la indignación.
El comunicado oficial no solo evitó asumir responsabilidades, sino que insistió en culpar a los familiares de la fallecida, argumentando que era su deber manipular el cadáver y no de los servicios contratados para garantizar su traslado.
Con frases como “reconocemos incidencias” o “no habrá impunidad”, la institución prometió “depurar responsabilidades”, pero sin mencionar medidas concretas, sanciones claras ni rectificaciones.
El hecho de que el cuerpo de la fallecida haya permanecido en su hogar más de medio día sin la atención adecuada, se presenta casi como un detalle menor en el comunicado, ignorando que en realidad constituye un hecho grave en cualquier sociedad.
Este caso no se considera un hecho aislado, sino como un reflejo de la crisis estructural que atraviesan los servicios públicos en Cuba, que van desde la salud hasta el transporte, pasando por un sistema funerario cada vez más deteriorado.
De acuerdo con las denuncias divulgadas en redes sociales, la mujer falleció pasada la medianoche, y no fue hasta después de las tres de la tarde que familiares y vecinos, desesperados, decidieron sacar el cadáver a la intemperie, colocándolo sobre una cama en la entrada de la casa. Allí, entre el dolor y la indignación, exigieron respuestas y bloquearon la calle como señal de protesta.
Las imágenes compartidas mostraron a la hija de la fallecida abrazando el cuerpo de su madre, mientras otros vecinos expresaban su frustración. “Miren la hora que es y aquí no ha venido nadie del gobierno para dar la cara, todo son mentiras y promesas”, denunciaba una mujer. Otra vecina, entre lágrimas, comentó: “aquí no hay nada. El que tiene billetes es el que puede. El que no, se lo comen los gusanos”.
El caso se viralizó rápidamente y fue retomado por activistas y usuarios de diferentes plataformas, quienes lamentaron que ni siquiera en el final de la vida los cubanos puedan recibir un trato respetuoso.
La demora en el levantamiento del cadáver no solo provocó un estallido de rabia en el barrio, sino que se convirtió en un símbolo del abandono institucional. Vecinos colocaron obstáculos en la calle y se unieron al reclamo, transformando el dolor familiar en una protesta colectiva.