Alertan sobre grave crisis sanitaria y desamparo de la exluchadora cubana Lisset Hechavarría.

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Foto: RRSS

La situación de extrema vulnerabilidad que enfrenta la exluchadora Lisset Hechavarría Medina, campeona panamericana y pionera de la lucha libre femenina en Cuba, ha generado una gran indignación entre deportistas y aficionados.

El exluchador y comunicador Roly Damaso denunció en redes sociales que la atleta vive en condiciones infrahumanas, presentando signos visibles de deterioro mental y habitando en una vivienda en mal estado. Sus dos hijos, de seis y ocho años, dependen totalmente de ella.

Damaso relató que, en sus raros momentos de lucidez, Lisset retorna a su hogar en Santiago de Cuba, aunque la mayor parte del tiempo la pasa en la calle. Su salud se ha deteriorado al punto de necesitar atención médica urgente.

El denunciante manifestó que es inadmisible que una figura con su trayectoria viva en tales condiciones de abandono. Recordó que la atleta fue un referente de esfuerzo y superación, aclamada por su dedicación y disciplina en el ámbito deportivo cubano.

Asimismo, responsabilizó a las autoridades deportivas y gubernamentales, indicando que el INDER y el gobierno provincial son los únicos con capacidad para garantizarle atención médica, empleo y una vivienda digna.

“Lo que hacen sus compañeras es admirable, pero insuficiente. No se puede depender de la caridad cuando se trata de una campeona nacional”, destacó Damaso.

Lisset Hechavarría, nacida en 1984, fue una de las primeras mujeres cubanas en obtener relevancia internacional en la lucha libre. Su nombre resplandeció en competencias continentales y marcó una etapa clave para el deporte femenino en la Isla.

Su historial incluye una medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 y títulos en los Campeonatos Panamericanos de 2013 y 2014. También se llevó una medalla dorada en los Juegos Centroamericanos de Veracruz en 2014.

Hoy su realidad contrasta drásticamente con ese pasado de victorias. Vive el olvido institucional, sin acceso a tratamiento psiquiátrico ni a recursos básicos. Sus logros, antes exaltados por la prensa oficial, parecen haber sido borrados por el tiempo y la indiferencia.

Damaso denunció también que, tras su publicación, las autoridades intentaron censurar el caso. Aseguró que medios estatales recibieron instrucciones de desmentir la información. Este gesto provocó indignación en la comunidad deportiva y entrenadores así como exatletas, dentro y fuera de Cuba, se unieron para exigir apoyo a la exluchadora.

“Es una guerrera dentro y fuera del colchón. No puede quedar sola”, escribió la entrenadora Yoennis Chapman desde Las Tunas. Otros exdeportistas calificaron la situación como un reflejo de una realidad más amplia, ya que muchos atletas retirados sobreviven en la pobreza, sin el respaldo del Estado que alguna vez los celebró.

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