Foto: Aeropuerto Frank País / Facebook
El 29 de octubre, decenas de pasajeros con destino a Moscú quedaron atrapados en el Aeropuerto Internacional Frank País, en Holguín, debido al paso del huracán Melissa por el este de Cuba. La aerolínea rusa Nordwind Airlines cambió la salida del vuelo sin previo aviso, trasladando la operación al Aeropuerto Internacional de Varadero, que se encuentra a más de 600 kilómetros de distancia.
Muchos de los afectados habían viajado largas distancias desde diversas provincias para abordar el vuelo en Holguín. Al llegar, se encontraron con la desagradable noticia de que el avión no saldría desde allí. El desconcierto fue inmediato. En videos compartidos en redes sociales por el periodista Yosmany Mayeta, se escucha la indignación de los viajeros, quienes exigían explicaciones a los funcionarios del aeropuerto.
La molestia no solo se debía al cambio de aeropuerto, sino a la total falta de información proporcionada. “Tuvieron tiempo para avisar del cambio de fecha del vuelo hacia el 30 de octubre. ¿Por qué no informaron que sería desde Varadero?”, cuestionó uno de los pasajeros que esperaba abordar hacia Rusia. Entre los presentes había familias completas, ancianos y niños que pasaron horas en el aeropuerto sin respuestas ni asistencia alguna.
Según relatos de testigos, los directivos del aeropuerto de Holguín se desconectaron totalmente de la situación. Nadie ofreció transporte, alojamiento ni alternativas viables. Los viajeros afirmaron haber sido ignorados por completo, en un contexto de abandono total en medio de un aeropuerto paralizado debido a las condiciones climáticas.
Aunque el cambio de ruta pudo estar motivado por las repercusiones del huracán Melissa, los pasajeros coinciden en que ni la aerolínea ni las autoridades cubanas actuaron con la responsabilidad necesaria. “Entendemos que hubo un huracán, pero lo que no tiene sentido es que nadie se haga responsable. Solo queremos llegar a nuestro vuelo, no perder todo el dinero y esfuerzo que nos costó”, expresó una mujer visiblemente angustiada.
El incidente ha generado críticas contundentes en redes sociales, donde se cuestiona tanto a Nordwind Airlines como a la administración aeroportuaria cubana. Esta situación ocurre en un contexto de crisis migratoria profunda en la isla, donde cada salida representa un sacrificio económico y emocional para las familias.
Para muchos cubanos, volar al extranjero no es simplemente una opción, sino una apuesta de vida. Perder un vuelo debido a la falta de información o a negligencia institucional puede significar la pérdida de una oportunidad única. Lo sucedido en Holguín refleja una cadena de fallos en un país donde la falta de transparencia y previsión se vuelve una norma, incluso en situaciones críticas.


