Foto: Cuba Noticias 360
Esta semana, las calles de La Habana han sido el escenario de una nueva serie de operativos contra el comercio informal, en el contexto del IV Ejercicio Nacional de Prevención y Enfrentamiento al Delito, que se lleva a cabo en todo el país hasta el 27 de septiembre.
Con decenas de multas, decomisos y ventas forzadas, esta ofensiva ha afectado directamente a los vendedores callejeros y a los trabajadores por cuenta propia, sectores de los cuales dependen miles de familias para subsistir.
En Guanabacoa, 27 inspectores realizaron 59 controles que resultaron en 124 multas, de las cuales 29 se impusieron bajo los decretos 30 y 91, totalizando 315,120 pesos cubanos, según informaron las autoridades provinciales. Las acciones incluyeron 13 ventas forzadas y cinco decomisos, todas supervisadas por el Ministerio de Finanzas y Precios a través de sus redes sociales.
Las inspecciones también se extendieron a Plaza de la Revolución, donde más de 30 inspectores llevaron a cabo 90 controles, detectaron 11 vendedores ilegales y aplicaron sanciones que superaron los 1.2 millones de pesos. En Centro Habana, un taller situado en el barrio de Cayo Hueso fue sancionado con 42,000 CUP por vender productos caducados, además de recibir otras multas por violaciones de precios y falta de etiquetado.
Simultáneamente, en el municipio de La Lisa, los controles se centraron en la Empresa UBIA, considerando la calidad del pan normado, así como las condiciones higiénico-sanitarias y la seguridad interna. A nivel nacional, la ONAT reportó 268 establecimientos inspeccionados, 143 multas por un total de 740,500 CUP, 30 cierres temporales y una deuda tributaria de 371.2 millones de pesos, de los cuales se han recuperado más de 24 millones.
Estas acciones oficiales son parte de una campaña más extensa que en meses recientes ha implicado la obligación del uso de la Cuenta Bancaria Fiscal y de pagos electrónicos, medidas que críticos consideran formas de incrementar el control estatal sobre la economía no estatal, en un escenario caracterizado por la inflación y la escasez de productos básicos.
El clima de tensión también se ha replicado en Holguín, donde se reportaron operativos contra vendedores en la Calle 13 y denuncias de vecinos sobre arbitrariedades. Para los residentes, estas medidas refuerzan la percepción de represión y limitan aún más las oportunidades de acceder a bienes de primera necesidad a través del comercio informal.
En La Habana, las intervenciones en lugares como el Agromercado de Tulipán han causado un disgusto notable. “La policía recogió a personas que luchan por ganarse el sustento diario vendiendo viandas y cigarros que el gobierno no tiene para ofrecer”, denunció un ciudadano en redes sociales. Mientras tanto, el presidente Miguel Díaz-Canel defendió la campaña al afirmar que busca garantizar el “orden interior” y la “tranquilidad ciudadana”, en un contexto marcado por apagones, protestas y un creciente descontento social.