Foto: RL Hevia
El boxeador cubano Julio César La Cruz, doble campeón olímpico y cinco veces monarca mundial, evidenció nuevamente su cercanía al gobierno cubano al manifestar que sus únicos ídolos en la vida son su madre y el fallecido líder Fidel Castro. Estas declaraciones fueron realizadas durante una reciente entrevista con el influencer venezolano Jesús Cazorla.
El encuentro se desarrolló en el marco de una conversación informal que Cazorla compartió en sus redes sociales, donde también se mencionaron figuras como Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel. La Cruz no dudó en marcar distancia: “Solo Fidel y mi mamá ocupan ese lugar en mi vida”, respondió de manera contundente. La escena rápidamente generó reacciones diversas entre seguidores y detractores.
Con una trayectoria deportiva que lo posiciona entre los grandes del boxeo cubano, La Cruz posee dos oros olímpicos (Río 2016 y Tokio 2020), cinco títulos mundiales y múltiples coronas en competiciones regionales. En la actualidad, compite en un evento internacional en Liverpool, donde continúa acumulando méritos sobre el ring.
No obstante, su imagen pública trasciende el ámbito deportivo. Su rol como diputado en la Asamblea Nacional del Poder Popular y su militancia en el Partido Comunista de Cuba han sido objeto de críticas, especialmente por parte de excompañeros del equipo nacional, quienes lo acusan de servilismo ideológico. A pesar de su activa participación política, él sostiene: “No soy político”.
Uno de los momentos más polémicos de su carrera ocurrió en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, cuando, tras derrotar al español de origen cubano Emmanuel Reyes, lanzó un grito que resonó en todo el mundo: “¡Patria o Muerte, Venceremos!”. Años después, justificó aquella frase como una reacción directa al contexto político de la pelea.
“Si él me ganaba, iba a gritar Patria y Vida”, afirmó en la entrevista con Cazorla. La consigna, que se ha convertido en un símbolo opositor tras las protestas del 11 de julio de 2021, generó tensiones durante el evento olímpico. Su declaración reafirmó la carga ideológica que sigue pesando sobre el deporte de alto rendimiento en Cuba.