Foto: Cuba Noticias 360
El tren que realiza la ruta Manzanillo-Habana tuvo que efectuar una parada de emergencia en el Consejo Popular Jicotea, ubicado en el municipio de Ranchuelo, Villa Clara, tras conocerse que varios pasajeros mostraban signos y síntomas de un brote diarreico.
Según un comunicado emitido por la Dirección General de Salud de la región, se brindó atención a 653 pasajeros; cinco niños fueron trasladados al hospital pediátrico y 21 adultos al hospital Provincial Arnaldo Milian Castro.
Asimismo, informaron que llevaron a cabo un pesquisaje completo con el 100% de los viajeros para detectar posibles casos y aplicar las medidas de control epidemiológico necesarias.
En el informe se señaló que «no hay reportes de fallecidos ni de pacientes en estado grave, la situación se encuentra estabilizada y se continúa con el monitoreo epidemiológico correspondiente».
En cuanto a la alimentación que se ofrece en los trenes nacionales, según publicaciones de organizaciones del transporte, «forma parte de alianzas con el sector no estatal, incluyendo mipymes y trabajadores por cuenta propia, para abastecer los trenes con productos como galletas, confituras, jugos y otros alimentos no perecederos».
Rutas Nacionales explicó en un post de julio pasado que los proveedores se encargan de la transportación y entrega de los productos bajo un modelo de consignación, donde la entidad nacional «recibe un porcentaje mínimo por las ventas, sin afectar el precio final con el que los pasajeros compran esos productos».
Dentro de las ofertas disponibles en las largas travesías, como la que va de Manzanillo a La Habana, que dura casi 20 horas, se encuentran opciones como el pan con picadillo y otros productos, con precios que varían entre 175 a 190 pesos, así como refrescos y otros insumos. No obstante, los propios usuarios han señalado reiteradamente la mala calidad de estos productos y los riesgos que conllevan largas horas sin electricidad, lo cual podría afectar su adecuada conservación.