¿Qué sucede con «Estrés», la película de Marilyn Solaya que respaldan los cineastas?

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Foto: RRSS

Desde hace meses, el filme Estrés, dirigido por la realizadora cubana Marilyn Solaya, se ha encontrado en un limbo preocupante, convirtiéndose en uno de los proyectos cinematográficos más controvertidos del audiovisual cubano reciente. Aunque fue el único largometraje producido por el ICAIC en 2023, la película sigue atorada en postproducción, en un estado de espera que la misma directora ha denunciado repetidamente en redes sociales.

En una extensa publicación, la cineasta detalla que Estrés inició su rodaje en noviembre de 2023, en pleno contexto de crisis institucional desencadenada por la censura de un documental independiente, lo que llevó a la creación de la Asamblea de Cineastas Cubanos y reabrió el debate sobre una nueva Ley de Cine.

El proyecto recibió luz verde del entonces presidente del ICAIC, Ramón Samada, poco antes de su renuncia. Cuando se instauró la nueva dirección, el filme ya estaba en medio de la filmación, pero quedó “huérfano, en terreno de nadie, y quizás marcado con estigmas y prejuicios ajenos a la creación artística”.

A pesar de contar con un “presupuesto suicida” y en medio de una crisis nacional, Solaya y su equipo lograron filmar una obra compleja, con múltiples escenarios y un elenco de altísimo nivel —incluyendo a Verónica Lynn, Luis Alberto García, María Isabel Díaz y Héctor Noas—, aunque los honorarios fueron casi simbólicos.

La postproducción comenzó en enero de 2024 en el ICAIC, pero las dificultades técnicas y la reestructuración interna del Instituto han ralentizado el proceso. Desde marzo de 2025, Estrés ha quedado lista “hasta donde se ha podido lograr aquí”, pero Cuba carece de estudios de mezcla de sonido profesional que cumplan con estándares internacionales.

Tradicionalmente, estas etapas se completaban en el extranjero, con apoyo de fondos como Ibermedia, que se han vuelto inaccesibles desde 2020 debido a las deudas del ICAIC. “Su finalización bajo esos parámetros era parte del compromiso para llevar a cabo su realización”, recuerda Solaya, quien destaca que la imposibilidad de acceder a esta etapa técnica impide la inserción del filme en el circuito internacional.

En su denuncia, la realizadora menciona haber recibido diversas respuestas de directivos del ICAIC: que no hay presupuesto, que la carta de crédito está congelada por sanciones bancarias, que la prioridad es la adquisición de alimentos básicos, que debe concentrarse en otro proyecto o incluso que realice la mezcla por Internet.

Mientras tanto, la institución ha financiado rodajes en Rusia, series en Centroamérica, festivales y eventos de alto costo, lo que para Solaya evidencia que “sí hay voluntades, mecanismos y presupuesto para otras producciones, pero no para Estrés. ¿Por qué?”.

Además, desde principios de 2024, la película apenas ha sido mencionada por los canales oficiales. “Tuve que implementar mi propia estrategia de comunicación para darle visibilidad. ¿Acaso alguien decidió que Estrés no debe existir?”, se cuestiona Solaya.

Su relato no solo pone de manifiesto las dificultades económicas y logísticas, sino también un trasfondo político e institucional: la sospecha de que su filme ha sido estigmatizado por surgir en medio de la crisis que propició la creación de la Asamblea de Cineastas Cubanos, asociación que ha denunciado recientemente un intento de boicot contra el segundo largometraje de Solaya.

Para la realizadora de Vestido de novia (2014), esta prolongada espera no es solo un desgaste personal, sino un indicativo preocupante sobre el futuro del cine cubano: “Tienen razón en algo: hace falta estar loca para querer hacer otra película después de 10 años desde mi ópera prima, enfrentando discriminaciones y violencias, antes y ahora”.

Estrés, asegura, “es un canto de amor, una película honesta y bien hecha, que responde a la escuela del cine latinoamericano que me formó y dialoga con la obra de mis maestros. No tenemos nada que ocultar”.

La situación de este filme plantea una pregunta más amplia: ¿cuál es el papel del ICAIC en la promoción del cine cubano contemporáneo? Mientras se multiplican los rodajes y coproducciones, el silencio institucional en torno a la película alimenta sospechas de censura.

La paradoja es clara: una obra finalizada, con un elenco de lujo y una directora de renombre internacional, permanece a la espera de la voluntad política y presupuestaria para poder ser estrenada.

La película ha generado, y mucho, lo que su título indica: Estrés.

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