Foto: Francys Romero | X
La Federación Cubana de Béisbol y Softbol (FCBS) ha encendido las alarmas con un comunicado de protesta en el que acusa al gobierno de Estados Unidos de obstaculizar, una vez más, su participación en el Clásico Mundial de Béisbol.
La entidad afirma que, a pesar de haber solicitado con anticipación la autorización necesaria a las Grandes Ligas, los organizadores del torneo no han recibido la licencia para permitir la presencia del equipo caribeño en la sexta edición del evento, programada para marzo del próximo año.
Como resultado, Cuba no fue convocada para entregar la nómina preliminar de 50 jugadores, un trámite que todas las demás federaciones cumplieron el lunes pasado. La FCBS considera que esto es una maniobra discriminatoria y contraria al espíritu del deporte.
El comunicado advierte que la demora genera incertidumbre y complica la preparación técnica del conjunto. También denuncia que se trata de un trato injusto, desigual y políticamente motivado, lo que va en contra de los principios de equidad y transparencia que deberían regir cualquier competencia internacional.
“Cuba no pide privilegios. Los peloteros cubanos han ganado, en el terreno, su derecho a participar en el VI Clásico Mundial de Béisbol”, destaca la FCBS, que enfatiza que sus jugadores se han ganado el derecho a competir, respaldados por una tradición que incluye títulos olímpicos y mundiales.
La declaración reitera que el talento y la pasión de sus jugadores no serán doblegados por obstáculos burocráticos ni por decisiones políticas. La isla reafirma que seguirá defendiendo el derecho de sus atletas a representar a su país en igualdad de condiciones.
La última palabra recae en la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), que debe emitir la licencia correspondiente. Hasta entonces, el futuro del equipo cubano en el torneo permanece incierto.
No obstante, no es la primera vez que esto sucede. En la edición pasada del Clásico Mundial, en 2023, la autorización para Cuba también llegó con retraso. El equipo pudo competir, pero bajo condicionantes restrictivas que fueron ampliamente criticadas por las autoridades deportivas de la isla.
Para el inminente torneo, aunque finalmente se obtenga el permiso, el panorama se presenta aún más complicado para la selección cubana, ya que ha quedado ubicada en el Grupo A, con sede en San Juan, Puerto Rico.
Dicha circunstancia incrementa la presión, ya que implica trámites migratorios bajo jurisdicción estadounidense. En lo que va de este año, varias delegaciones y equipos deportivos cubanos se han visto imposibilitados de competir en Estados Unidos o Puerto Rico debido a la falta de visados.