Foto: Cuba Noticias 360
Nadie ha emitido una declaración oficial al respecto, pero tampoco parece necesario: los cubanos, acostumbrados a que las decisiones significativas se tomen sin consulta popular ni anuncios previos, presentan una creciente sensación de que la Moneda Libremente Convertible (MLC) está llegando a su fin. Es solo cuestión de tiempo antes de que la noticia sobre el ocaso de esta moneda se haga pública.
En los últimos meses, el uso de la MLC, introducida en 2019 en medio de una fuerte controversia como herramienta para captar divisas, ha estado en un pronunciado declive. La falta de explicaciones oficiales ha generado una creciente preocupación entre los cubanos.
La situación es clara: a principios de septiembre de 2025, múltiples tiendas que operaban con MLC en toda Cuba comenzaron a cerrar temporalmente bajo diversas excusas —por reparaciones, mantenimientos o inventarios—, solo para reabrir aceptando dólares en efectivo o nuevas tarjetas como la Clásica. Grandes cadenas como Cimex y Tiendas Caribe están modificando más de 50 puntos de venta en la capital hacia este nuevo modelo.
Este fenómeno, aunque no declarado, es evidente. Coincide con la rápida caída del valor de la MLC en el mercado informal. Mientras que en julio alcanzó aproximadamente 240 pesos, a principios de septiembre ya se negociaba alrededor de 190, en un contexto donde el dólar estadounidense ha mostrado una tendencia al alza.
El cierre progresivo de las tiendas que aceptan MLC ha generado indignación entre la población, que expresa su frustración en conversaciones en las calles, en el hogar y en diversas plataformas virtuales: “¿Entonces el MLC, qué significa realmente? ¿Dónde están esos dólares?”, se cuestiona la gente. El miedo va más allá del aspecto económico; es un eco histórico del abrupto retiro del peso cubano convertible, conocido como el CUC, que aún resuena en la memoria colectiva.
Expertos han indicado que esta retirada podría ser parte de un proceso de “sinceramiento monetario”, donde las autoridades buscan corregir distorsiones cambiarias provocadas por la dualidad monetaria. Sin embargo, también advierten que si los depósitos de los ciudadanos en MLC no son bien protegidos, el trauma del CUC podría repetirse, dejando los ahorros de muchas familias en un estado de incertidumbre sin una adecuada compensación.
A pesar de los cambios visibles en el sistema financiero, el Gobierno ha reiterado que las cuentas en MLC no desaparecerán. Alberto Javier Quiñones, vicepresidente del Banco Central, comentó recientemente que los fondos están protegidos y que el sistema bancario seguirá honrando los depósitos en MLC. Por su parte, la viceministra del Ministerio de Economía y Planificación, Mildrey Granadillo, defendió la dolarización parcial como una herramienta “importante para garantizar recursos en el país”.
En un contexto de tal incertidumbre, la ausencia de comunicaciones claras y la presión del mercado paralelo debilitan la confianza ciudadana en una nación marcada por la escasez, la inflación y el descontento. Aunque nadie se ha atrevido a confirmarlo oficialmente, la isla parece estar cruzando otro capítulo crítico en su historia monetaria, el de una transición silenciosa hacia el dominio del dólar.