Foto: RRSS
Un incidente de suma gravedad conmocionó este sábado 27 de septiembre la 64 Serie Nacional de Béisbol en Cuba. El exreceptor y actual director del equipo Sancti Spíritus, Eriel Sánchez, agredió con un bate al comisario técnico Miguel Rojas, quien resultó con heridas en la cabeza que requirieron cinco puntos de sutura.
El suceso ocurrió tras el partido entre Sancti Spíritus e Isla de la Juventud, que terminó con un triunfo para los Gallos por 5-4. Según testigos, Sánchez confrontó a Rojas y al supervisor de árbitros con insultos, y al solicitar que la conversación se trasladara a una oficina, perdió el control y golpeó violentamente al funcionario.
Este ataque ha desatado una ola de indignación en el ámbito deportivo y social. Más allá de la posible sanción disciplinaria dentro del béisbol, se trata de un acto punible bajo la legislación vigente, ya que implica una agresión física con consecuencias médicas. De confirmarse estos detalles, el incidente no solo pone en peligro la carrera del campeón olímpico Sánchez en el béisbol, sino que también podría llevar a un proceso penal.
La conmoción es aún mayor debido a que Miguel Rojas es una figura respetada en el deporte. Exjugador de Sancti Spíritus, miembro del cuerpo técnico de la selección sub-15 campeona panamericana y vinculado al béisbol por décadas, recibió una agresión que muchos califican como una traición al espíritu del juego.
El programa televisivo Bola Viva también abordó el incidente con palabras contundentes. En un comunicado difundido en redes sociales, advirtieron que permitir este tipo de situaciones abriría la puerta a un ambiente de violencia dentro del béisbol cubano. “Un director que utiliza un objeto contundente para agredir a un funcionario de juego no está dando ejemplo de liderazgo ni de respeto, está enviando un mensaje erróneo a sus jugadores y a la afición: que todo vale, incluso la violencia, para imponer criterios o liberar frustraciones”, señalaron.
El reconocido periodista deportivo Boris Luis Cabrera también se pronunció con firmeza en un texto titulado Condena urgente a un acto que hiere al béisbol cubano. Cabrera escribió que “la agresión del director de los Gallos contra el comisario técnico Miguel Rojas, una gloria de nuestro deporte, no puede quedar impune ni relativizada como un simple altercado”.
La temporada actual del béisbol cubano ha sido testigo de otros episodios de tensión. Hace solo unas semanas, un pelotero de Guantánamo agredió a un árbitro con un guante en pleno campo. La repetición de estas conductas preocupa tanto a expertos como a aficionados, quienes temen que se consolide una cultura de impunidad.
La gravedad del caso de Eriel Sánchez va más allá de lo deportivo. La agresión a Miguel Rojas, confirmada por testigos y reconocida incluso en medios estatales, marca un punto de inflexión en el pasatiempo nacional. Todo indica que la respuesta institucional deberá ir más allá de las sanciones dentro del béisbol y extendérsela a un plano penal, para evitar que la violencia se convierta en una sombra permanente sobre el principal deporte de la isla.
