Foto: Periódico Girón
Texto: Fede Gayardo
Matanzas vuelve a encender las alertas sobre el arte público tras el vandalismo de una instalación reciente, sumando otro episodio a la ya extensa lista de agresiones contra piezas y esculturas en esta ciudad del oeste de Cuba.
El diario estatal Girón reportó que la obra “Casa”, creada por Rubier Bernabeu y Wendy Lora y situada en la Plaza de la Vigía, amaneció con daños evidentes.
La estructura, compuesta por pirámides de canto apiladas, fue vandalizada con inscripciones y símbolos, que incluyen desde una esvástica y la letra “A” de la anarquía hasta insultos personales y garabatos relacionados con series de manga.
Parte de las piezas menores fueron derribadas y resultaron dañadas debido a los golpes contra los adoquines. Según el medio, Bernabeu compartió imágenes del daño y lo describió con una sola palabra: “Vandalismo”.
El proyecto, concebido como una metáfora de hogares construidos sobre bases sólidas y solidaridad entre vecinos, quedó distorsionado por actos que contradicen su propósito original. Este hecho no es aislado, según admitió la fuente, ya que otras intervenciones urbanas han sido objeto de ataques similares.
Entre los antecedentes se encuentran las escaleras de la calle Narváez, también de Bernabeu y Lora, de las cuales fue sustraída una pieza; la instalación del fallecido Agustín Drake, que consistía en cráneos de res y que fue arrojada al río horas después de su montaje; y una Virgen de la Caridad a tamaño real de Adrián Gómez Sancho, que resultó fracturada durante su exhibición en el centro histórico.
Artistas locales han expresado quejas similares. Un ejemplo es Osmany Betancourt Falcón, quien relató que tuvo que retirar una escultura en forma de cerdo tras su derribo, y que otros de sus trabajos, como bancos y figuras humanas, amanecieron cubiertos de grafitis y marcas indeseables.
Los creadores también advierten sobre el valor de los materiales, indicando que muchas piezas son fabricadas con insumos costosos importados, difíciles o imposibles de reponer en las circunstancias actuales.
Para ellos, cada acto de vandalismo es una forma de “canibalismo cívico”, ya que, como señala el medio estatal, “rayan, escupen, quiebran, desmiembran”. Por esto, es crucial que todos trabajemos para evitar tales actos, y las autoridades deben prestar mayor atención a la situación, asegurando vigilancia, especialmente en los puntos céntricos de Matanzas.
Estos incidentes contribuyen a un clima de impunidad que afecta la esfera cultural y cotidiana, y agrava la sensación de inseguridad en Cuba. Los artistas y los habitantes de Matanzas han solicitado protección efectiva, políticas de preservación y, sobre todo, que la comunidad retome la responsabilidad de cuidar lo público. Proteger el arte en las calles no es solamente conservar objetos; es una inversión en símbolos que fomentan la convivencia y la esperanza colectiva desde la cultura.