Foto: RRSS
Texto: Fede Gayardo
Un joven cubano ha sido acusado de asesinato en primer grado en Florida tras un ataque violento que resultó en la muerte del oficial David Jewell. El sospechoso, identificado como Eduardo Labrada Machado, de 24 años, disparó contra el agente en una gasolinera de Edgewater el pasado martes 16 de septiembre, en un incidente que quedó capturado por las cámaras de seguridad.
De acuerdo a la cadena Telemundo 51, Labrada trabaja en el establecimiento Circle K en Ocean Shore Boulevard y disparó 24 veces contra Jewell, incluyendo un tiro en la nuca. El policía, quien había ingresado al local para comprar alimentos y bebidas, falleció en el lugar.
El alguacil Mike Chitwood explicó que el atacante había tenido confrontaciones previas con la víctima y utilizó un arma que había adquirido recientemente. Labrada, por su parte, declaró a los investigadores que actuó tras haber tenido un “mal día”, aunque admitió que había visto al hombre armado, sin saber que se trataba de un oficial.
“El video es probablemente algo que, en 38 años de experiencia en la aplicación de la ley, les puedo asegurar: es increíble lo que se ve en él”, afirmó Chitwood refiriéndose a las imágenes del tiroteo.
Según testimonios de familiares, Labrada padece de un trastorno mental y en ocasiones manifiesta escuchar voces. Actualmente se encuentra bajo custodia a la espera de juicio, mientras continúan las indagaciones sobre el verdadero motivo del crimen.
Este asesinato se produce apenas una semana después de otro hecho estremecedor también protagonizado por un ciudadano cubano en EE.UU. El 10 de septiembre, en Dallas, Texas, Yordanis Cobos Martínez, de 37 años, decapitó a Chandra Nagamallaiah, un hombre de origen indio que gestionaba el motel Downtown Suites.
Según informaron medios de esa nación como CNN y Univisión, la disputa se originó por fallas en una lavadora del establecimiento y terminó con el agresor persiguiendo a la víctima en el estacionamiento con un machete, hasta decapitarlo frente a su esposa e hijo. Posteriormente, habría colocado la cabeza en un contenedor de basura.
El caso incluso provocó la reacción del presidente Donald Trump, quien escribió en su red social que Cobos-Martínez “será procesado con todo el peso de la ley” y que bajo su mandato “la era de la indulgencia con estos inmigrantes indocumentados” había llegado a su fin. “Nunca debió haber estado en el país”, añadió el mandatario, describiendo a la víctima como “una persona muy respetada en Dallas, Texas.”
Ambos sucesos han generado gran repercusión en los medios estadounidenses, no solo por la violencia extrema, sino también por el hecho de que los implicados sean migrantes cubanos, un aspecto que ya se ha convertido en parte del debate político sobre la inmigración en EE.UU.
