Texto: Hugo León
Foto de referencia: Archivo CN360
Cinco ciudadanos del municipio de Yateras, en la provincia de Guantánamo, han sido condenados a penas de prisión por el delito de contaminación de los suelos, tras confirmarse su implicación en actividades de extracción ilegal de oro. Este veredicto fue dictado por el Tribunal Municipal Popular, según informó el periódico Venceremos.
Durante el juicio, se presentaron pruebas documentales, testimoniales y periciales que corroboraron la responsabilidad penal de los acusados, quienes recibieron penas que oscilan entre un año y seis meses y dos años y siete meses de privación de libertad, en función de la gravedad de los hechos.
La Fiscalía indicó que los implicados operaban en la zona de Piedra la Vela, a orillas del río Toa, dentro del Parque Nacional Alejandro de Humboldt, reconocido como Patrimonio de la Humanidad. Además de las penas privativas de libertad, se dispuso el decomiso de los instrumentos utilizados, la suspensión de derechos públicos y la prohibición de solicitar pasaporte o salir del país durante el tiempo de la condena.
Las autoridades afirmaron que en el transcurso del proceso se respetaron las garantías procesales y el debido proceso, conforme a lo establecido en la Constitución de la República. Tanto los acusados como la Fiscalía tienen la posibilidad de interponer un recurso de apelación contra la sentencia.
Este caso se suma a otros denunciados en el oriente cubano en las últimas semanas. En Moa, Holguín, fueron arrestadas cuatro personas relacionadas con la minería ilegal, a quienes se les confiscaron más de 418 mil pesos y piezas de oro, además de herramientas utilizadas en la actividad.
En agosto, un campesino fue sorprendido en Jobabo, Las Tunas, procesando tierra con un molino artesanal, y en marzo, en la misma localidad, ocho personas fueron detenidas por extraer y traficar polvo de oro. En Santa Clara, las fuerzas de seguridad desmantelaron hace unos meses un campamento dedicado a la minería ilegal.
Las autoridades cubanas consideran estas acciones como delitos graves que afectan el medio ambiente y las reservas naturales del país. Sin embargo, el crecimiento de la minería clandestina también refleja las tensiones sociales y económicas que enfrenta la isla, donde las divisas extranjeras son altamente valoradas y los insumos de primera necesidad se han convertido en un lujo.