Así es en la vida real Freddy Maragotto, el Rodolfito de «Regreso al Corazón»

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Foto: Freddy Maragoto | Facebook

La telenovela cubana Regreso al corazón, estrenada el pasado junio por Cubavisión, ha captado la atención mediática gracias a un elenco diverso que combina jóvenes talentos con actores de amplia trayectoria. Uno de los más destacados es Freddy Maragotto, quien encarna a Rodolfito, un personaje polémico que ha suscitado una ola de indignación y se ha convertido en uno de los principales villanos de la historia.

El papel de Rodolfito le brinda a Maragotto la oportunidad de mostrar la madurez interpretativa que ha cultivado a lo largo de más de tres décadas en su carrera. En la telenovela —escrita por Alberto Jaime Salmón y Yoel Monzón y dirigida por Loysis Inclán y Eduardo Eimil—, este personaje está relacionado con conflictos familiares y con el entorno que rodea la trama central, que gira en torno a una familia dedicada al cultivo y venta de flores.

En un contexto donde la crítica especializada ha señalado que la dirección de actores tiene un enfoque demasiado teatral y que el tono de la novela se asemeja a formatos extranjeros, la actuación de Freddy Maragotto resalta por su naturalidad y por su habilidad para conectar con el público.

La fuerza del personaje Rodolfito se basa en que aporta al dramatizado parte de la herencia escénica de Maragotto: un histrionismo versátil, forjado tanto en el teatro infantil como en los grandes clásicos de la dramaturgia universal.

El camino que llevó a Maragotto hasta Rodolfito comenzó en Matanzas, su ciudad natal en 1972. Su acercamiento al arte no fue formal en un principio, sino el resultado de talleres y de su vocación autodidacta. En 1993, llegó al grupo Papalote de la mano de René Fernández Santana, donde debutó con personajes como El Cazador y participó en clásicos como La Cucarachita Martina.

Más adelante, junto a Rubén Darío Salazar y Zenén Calero, cofundó el Grupo Teatro de Las Estaciones, con el que llevó a escena propuestas poéticas que lo llevaron a recorrer escenarios tanto nacionales como internacionales. Con esta agrupación, recibió múltiples reconocimientos, incluyendo el premio Adolfo Llauradó en 2005.

El teatro le abrió otras oportunidades: en la compañía El Público, bajo la dirección de Carlos Díaz, asumió papeles de gran complejidad; también colaboró con el Teatro de La Luna en montajes como El dragón de oro y Noche de Reyes, reafirmando así su habilidad para transitar entre lo clásico y lo contemporáneo, así como entre lo cómico y lo trágico.

No es menos notable su incursión en la radio, con personajes como Peluso, en Aventura de los Pelusos, transmitido por Habana Radio, y su experiencia musical, con demos y conciertos que mostraron otra faceta de su talento. Además, su vocación pedagógica se manifiesta en talleres de teatro infantil y títeres, y su ingreso en 2006 a la UNEAC consolidó su estatus como figura reconocida en el ámbito cultural cubano.

Su llegada a la televisión con Regreso al corazón no es, por tanto, un giro fortuito del destino, sino un paso lógico en una carrera que siempre ha buscado nuevos horizontes. En Rodolfito, Maragotto logra sintetizar la experiencia de años en el escenario y en los títeres, integrando la disciplina del teatro clásico y la cercanía del trabajo radial. El resultado es un personaje que, aunque secundario en la trama, ha conquistado a los espectadores y se ha convertido en uno de los aciertos de la novela.

Las críticas hacia el dramatizado han sido variadas: mientras algunos televidentes celebran su estética visual y la banda sonora de Waldo Mendoza, otros opinan que se aleja de la tradición de la telenovela cubana.

No obstante, hay un consenso en que la interpretación de Freddy Maragotto como Rodolfito realza la propuesta y le otorga una autenticidad que equilibra esas tensiones creativas, un “piropo” que el actor matancero ha ganado con mérito.

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