Foto: Archivo CN360
Un total de 1.319 delitos fueron registrados en Cuba durante los primeros seis meses de 2025. Esta cifra, presentada por el Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana (OCAC), supera los casos documentados en todo 2024 (1.317) y revela un fenómeno que contrasta con la narrativa oficial del gobierno cubano, que sostiene que los índices delictivos están en disminución.
A diferencia de informes anteriores, este documento, promovido por el laboratorio de ideas Cuba Siglo 21, resalta un incremento casi exponencial: los delitos ocurridos entre enero y junio representan casi cinco veces más que en el mismo periodo de 2023. Con un promedio de más de 7 crímenes diarios, la Isla vive lo que los autores denominan “una escalada delictiva sin precedentes”.
En términos absolutos, el robo se posiciona como el delito más común: 721 casos en medio año. Dentro de esta categoría se registraron 193 incidentes relacionados con el hurto y sacrificio ilegal de ganado, lo que, según el informe, evidencia la relación directa entre la crisis alimentaria y el aumento delictivo, especialmente en áreas rurales. En promedio, se reportaron cuatro robos diarios en el país.
La violencia letal también dejó su huella. Se registraron 63 asesinatos en un semestre, con un promedio mensual superior a diez. Entre las víctimas se encuentran mujeres, ancianos y menores de edad. Al menos 16 de estos crímenes fueron clasificados como feminicidios por los observatorios independientes Alas Tensas y Yo Sí Te Creo. Sin embargo, OCAC advierte que la cifra real podría ser incluso mayor.
Por primera vez, el informe clasifica el tráfico de drogas como una categoría independiente. Se documentaron 198 delitos relacionados con el tráfico, distribución o consumo de sustancias ilícitas, más de la mitad de los cuales ocurrieron en La Habana. Este fenómeno se posicionó como el segundo tipo de delito más frecuente en el país durante el periodo analizado, superando incluso a las agresiones físicas o los asaltos.
Un mapa delictivo parcial se identifica en tres provincias: La Habana, Matanzas y Santiago de Cuba, donde se concentraron los 99 casos de asaltos y agresiones contabilizados por OCAC.
En la categoría de “otros delitos”, que abarca vandalismo, contrabando y portación ilegal de armas, se registraron 238 incidentes. El informe también detalla que el 90% de las 1.588 personas implicadas en estos crímenes eran hombres.
El aumento en la disponibilidad de armas de fuego, utilizadas en al menos 35 delitos durante el semestre, es, según Cuba Siglo 21, un factor que agrava el clima de inseguridad. El análisis vincula esta tendencia con el debilitamiento del control estatal sobre la circulación de armamento y con la falta de medidas efectivas para frenar la violencia armada.