«Te presionan a firmar para poder salir»: la experiencia de un cubano en un centro de detención en Texas.

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Texto: Hugo León

Foto: RRSS

“Aquí te obligan a firmar para salir de un país del cual no deseas irte”, afirmó Juan Manuel Fernández-Ramos, un cubano de 30 años que ha estado en un centro de detención en Texas, Estados Unidos, durante los últimos 6 meses.

En declaraciones a El País, Fernández-Ramos relató que asistió a la corte y, a pesar de que lucharon por su caso, el juez le comunicó que su solicitud de asilo político no era válida y que la única opción que le ofrecía era la salida “voluntaria”.

“Y no, no es voluntaria”, enfatizó el cubano, quien aceptó la posibilidad de salir porque ya no podía soportar más estar retenido en condiciones tan deplorables.

“Quiero salir de aquí, nadie puede aguantar tantos meses en este lugar, es lo más horrible que se ha hecho”, sentenció.

Fernández-Ramos es el que más tiempo ha pasado en el centro de detención de adultos IAH Polk, en Livingston (Texas), un destino al que la política antimigratoria de Donald Trump ha trasladado a muchos extranjeros que ahora esperan una posible deportación. Según el cubano, el centro de Livingston es un “infierno”.

Juan Manuel escapó de Cuba en una balsa y se asentó en Tampa, donde trabajó durante 3 años como repartidor para la cadena Costco. Tenía planes de boda cuando fue detenido por los oficiales del ICE.

Fue multado por velocidad excesiva y por conducir bajo la influencia del alcohol en febrero, cuando se encontraba a solo 3 minutos de su hogar.

El cubano expresó su descontento con la comida proporcionada en el centro, describiéndola como incomible, y agregó que tiene dudas sobre si realmente se les proporciona la dieta diaria de entre 2400 y 2600 calorías que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) asegura que se prescribe a cada detenido de los centros del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE).

“Esto es lo más deplorable que he visto en mi vida, aquí los que están gordos se vuelven flacos, y los delgados prácticamente no se ven”, aseguró, tras haber perdido 13 kilos desde su llegada a ese lugar.

Relató también que la higiene es muy mala y que, a pesar del calor, la climatización es retirada casi siempre de 5 a 8 de la tarde. “No es un calor normal. Estamos encerrados, no entra aire por ningún lado”, agregó.

De acuerdo a un informe de El País, resultado de una serie de videollamadas durante 4 semanas, los detenidos están convencidos de que todos aquellos que acaban en el centro de Livingston son destinados a abandonar Estados Unidos.

En el país norteamericano, la orden nacional es detener a 3000 migrantes diariamente, una cifra que supera las capacidades oficiales del DHS.

A mediados de junio, el ICE tenía bajo su custodia a cerca de 60,000 personas, una cifra mayor a la prevista por el Congreso, que había elaborado un presupuesto para albergar a unas 41,500.

Además, este domingo, la Casa Blanca comunicó que ICE ha arrestado a más de 100,000 “delincuentes extranjeros indocumentados” durante el segundo mandato presidencial de Donald Trump. Las autoridades de EE. UU. han incrementado las deportaciones, superando en junio el récord mensual de vuelos de deportación.

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