Foto: RRSS
Texto: Fede Gayardo
Un cubano se quedó atrapado en la azotea de su hogar en Holguín y sufrió un colapso debido a una fatiga extrema, lo que le impidió descender por sus propios medios y tuvo que ser rescatado por un equipo de bomberos.
La noticia fue compartida en el perfil de Facebook ‘Realidades desde Holguín’, mencionando que durante la mañana del lunes, un vecino de esa localidad colapsó por agotamiento intenso y quedó “inmovilizado en el tejado de su casa”.
El texto indica que “deshidratado y desorientado, el hombre no podía bajar por sí mismo, lo que llevó a avisar al Comando Provincial 25. En cuestión de minutos, los bomberos llegaron al techo y, tras un chequeo rápido, desplegaron arneses, cuerdas y una camilla para asegurar un descenso controlado y sin incidentes”.
El rescate fue calificado como “un acto de humanidad y profesionalismo” gracias a la precisión de cada maniobra, a pesar de las limitaciones de recursos. Este episodio demuestra que, a pesar del desgaste en insumos y del agotamiento institucional, el compromiso de salvar vidas siempre brilla en la Isla.
La labor de los rescatistas cubanos ha recibido elogios reciente en incidentes similares. Por ejemplo, en La Habana, otro equipo ayudó a una mujer de 85 años con movilidad reducida a salir de su edificio sin empeorar su salud.
Poco después, también en la capital, socorristas rescataron a un joven que había quedado colgando de una fachada tras intentar escalar un inmueble. Y en Las Tunas, la misma solidaridad llevó a un equipo al rescate de un gato atrapado en un pozo, confirmando que cuidar de la vida, ya sea humana o animal, sigue siendo una prioridad a pesar de cualquier adversidad.
