Foto: Archivo CN360
El gobierno de Estados Unidos ha señalado a los regímenes de Cuba y Venezuela como responsables de las severas crisis que afectan a ambos países, rechazando la idea de que estas sean consecuencia de sanciones externas o presiones internacionales.
En un comunicado publicado en ShareAmerica —plataforma oficial del Departamento de Estado—, Washington atribuyó el colapso social y económico en ambas naciones a modelos autoritarios que solo benefician a las élites en el poder.
“La crisis no es importada. Es fabricada”, se afirma en el informe, lo que refuta los argumentos recurrentes de La Habana y Caracas sobre los efectos de embargos y bloqueos. Para las autoridades estadounidenses, la raíz del deterioro se encuentra en décadas de corrupción sistémica, malas decisiones económicas y el uso intencionado de recursos públicos para el control político y el enriquecimiento de las cúpulas en el poder.
En el caso de Cuba, el informe destaca que en 2024 el régimen destinó más del 37 % de toda su inversión al sector turístico y hotelero, un dato que contrasta con la escasa inversión en servicios esenciales como salud y educación, cuya suma no llega a siquiera una décima parte de ese monto. La información proviene de la agencia EFE, que también menciona que muchos de los hoteles construidos están vacíos, con una ocupación promedio de apenas el 30 %.
Esta política se aplica mientras la población sufre una aguda escasez de alimentos, medicamentos, electricidad y combustible. Según el informe, los principales beneficiarios de la inversión turística son conglomerados relacionados con las Fuerzas Armadas, como GAESA, FINCIMEX y CIMEX, que dominan áreas vitales de la economía y no están sujetos a control público.
Venezuela también ha sido objeto de críticas. El Departamento de Estado informa que en los primeros meses de 2024, durante el proceso electoral, el régimen de Nicolás Maduro gastó más de 2,000 millones de dólares, superando su recaudación tributaria de 1,700 millones en el mismo período. Sin embargo, el salario mínimo se mantuvo por debajo de los 2 dólares al mes, una suma insuficiente para comprar productos básicos como un kilo de queso.
El presupuesto nacional de Venezuela para ese año, estimado en 20,500 millones de dólares, priorizó el gasto en inteligencia militar por encima de las áreas sociales. Solo se asignó el 0.9 % al sector salud, mientras que cerca de 1,000 millones se destinaron a sistemas de contrainteligencia. Para la alimentación escolar, el régimen asignó apenas 18 millones, lo que equivale a menos de 3.50 dólares por estudiante al año.
Washington instó a la comunidad internacional a rechazar de manera contundente el autoritarismo, la corrupción y el nepotismo en Cuba y Venezuela. “Los pueblos cubano y venezolano son ingeniosos y resilientes”, concluye el informe, “pero ni todo el ingenio del mundo puede superar sistemas que priorizan el poder y la propaganda sobre el bienestar colectivo”.