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Este lunes fue un día de despedida para Rigoberto Senarega, un reconocido realizador cubano, quien falleció en La Habana a los 64 años debido a un infarto, según confirmaron colegas y amigos a través de las redes sociales, así como el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC).
Nacido en Matanzas y graduado en Geografía-Pedagogía en 1983, Senarega encontró su verdadera vocación en el mundo de la imagen en movimiento. Su carrera se inició en 1984 en la productora TRIMAGEN, y posteriormente se unió al Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) en 1996. Combinó su labor en el ámbito audiovisual con la docencia, siendo profesor de Fotografía en la Universidad de las Artes (ISA).
El cine fue su gran pasión. A lo largo de su carrera, trabajó como director de fotografía en más de treinta producciones del ICAIC, dejando su marca tanto en documentales como en películas de ficción. Su versatilidad le permitió colaborar con importantes cadenas internacionales como NBC, BBC y Televisión de Galicia.
Desde joven, Senarega estuvo vinculado al movimiento de cineclubes. Filmo más de una veintena de obras en 16 mm, muchas de las cuales fueron reconocidas por su excelencia fotográfica. Esta etapa fue fundamental en su desarrollo como realizador comprometido con la creación independiente y el cine alternativo.
Entre sus trabajos más destacados como fotógrafo se encuentran La pared (2006), de Alejandro Gil Álvarez; Los dioses rotos (2009), de Ernesto Daranas; Monteros (2006) y Hombres sobre cubierta (2008), ambas de Alejandro Ramírez Anderson, esta última en colaboración con Ernesto Pérez Zambrano. Su estética visual fue apreciada por su profundidad y coherencia narrativa.
Uno de sus primeros y significativos aportes al cine cubano fue su trabajo como fotógrafo en Ecos (1987), dirigido por Tomás Piard. Con el tiempo, también se aventuró en la dirección y el guion, produciendo de manera independiente varios documentales, entre ellos Los últimos gaiteros de La Habana (2004), el cual codirigió junto a Daranas y la periodista Natasha Vázquez, con quien tuvo dos hijos.
Vázquez fue precisamente quien confirmó en redes sociales la causa de su fallecimiento. Su mensaje, acompañado de varias fotos familiares, evocó la faceta más íntima del artista: “un padre, un compañero, un ser noble”. Las reacciones no tardaron en llegar. “Hoy despedimos a un artista incansable, a un maestro generoso y a un ser humano entrañable”, expresó el ICAIC en una nota de condolencias.