Foto: Jorge Luis Borges (imagen de referencia)
En el municipio de Gibara, dentro del poblado de Uñas, provincia de Holguín, ocurrió un incidente poco usual: el cubano Norge Rodríguez, conocido como “Norgitín”, sustrajo un caballo alazán de un vecino. Lo llevó a la casa de su madre y allí lo sacrificó antes de caer desmayado por el consumo excesivo de alcohol, recostándose sobre el animal.
La escena, compartida en el perfil de Facebook Cazador-Cazado, fue tan sorprendente que la policía lo encontró aún dormido sobre los restos del caballo, una imagen que generó múltiples reacciones y comentarios en las redes sociales.
«Matarife que se duerme, lo coge la 220», comentó irónicamente la página, haciendo eco de un viejo refrán popular; la burla coexistió con expresiones de indignación por el maltrato animal y el robo sufrido por el dueño del caballo.
Las voces de la comunidad alternaron entre burlas y reproches: “Ahora sí va a dormir, pero en una celda”, escribió un usuario.
Algunos usuarios criticaron el tono de la publicación: “No es un tema de broma el maltrato animal. Quienes se divierten con esto deberían reflexionar”, respondió alguien, recordando el daño tanto económico como emocional que sufrió el propietario del equino.
Para muchos, la imagen de “Norgitín” dormido sobre su propia fechoría tuvo un valor simbólico: “Dios hizo justicia con él”, comentó un vecino, convencido de que este insólito desenlace refleja un deterioro moral que es urgente corregir.
La comunidad de Uñas coincide en un deseo: que la ley actúe con determinación y que este episodio no quede impune ni se repita.