Texto: Hugo León
Foto: Archivo CN360
Eduardo Rodríguez Dávila, el ministro de Transporte en Cuba, anunció hoy la intención de adquirir 70 vehículos fúnebres con motores de combustión para mejorar el servicio, que se encuentra en un estado crítico.
En su perfil de Facebook, comentó que actualmente están en el proceso de contratación, utilizando recursos del Fondo para el Desarrollo del Transporte Público.
Estos vehículos, agregó el ministro, se sumarán a un lote de 50 unidades eléctricas con sus respectivas fuentes de carga que funcionan con energía renovable, también con el mismo objetivo. Según Rodríguez Dávila, esta adquisición “permitirá transformar esta actividad tan sensible”.
Durante la reciente sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, se discutieron diversos temas como parte de las conclusiones del detallado ejercicio de fiscalización realizado por el parlamento cubano al Ministerio de Transporte.
“El aumento en la cobertura de los servicios de transporte fúnebre, que ha estado en deterioro y ha causado gran insatisfacción en la población, también incluye acciones en proceso”, afirmó el ministro ante los diputados.
Los usuarios en las redes sociales recibieron la noticia de forma positiva, destacando que se trata de un servicio crucial para la comunidad y elogiaron a Rodríguez Dávila por estar atento a las quejas de la población.
“Considero que es el único ministro que sale a diario a ofrecer noticias alentadoras a un pueblo que sufre una gran preocupación, como tener que gestionar su propio transporte para trasladar el cuerpo de un ser querido, incluso utilizando carretones de caballos, etc. Es una idea magnífica la de este ministro, realmente se debe reconocer su esfuerzo y voluntad de salir cada día y compartir buenas noticias con este pueblo sufrido”, comentó un internauta.
Se han publicado numerosas y preocupantes denuncias en plataformas como Facebook sobre la falta de vehículos de este tipo en el país, lo que ha llevado a adoptar medidas poco adecuadas para el transporte de los fallecidos en los momentos más difíciles para las familias.
Recientemente, en Artemisa, improvisaron un servicio acoplando un remolque de carro fúnebre a un vehículo común. En Vertientes, Camagüey, ante la falta de transporte adecuado, tuvieron que llevar al difunto al cementerio en un camión de amigos de la familia.
Un día antes, en una situación similar, para trasladar el cadáver a la funeraria tuvieron que usar un rikimbili.
Camiones, guaguas, camionetas, triciclos eléctricos e incluso carretas de caballos han sido utilizados en todo el país para el traslado de los fallecidos, una situación que demandaba la intervención del Estado.