Foto: Cuba Noticias 360
En 2024, el salario promedio mensual en Cuba se situó en 5,839 pesos cubanos (CUP), según informó la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI). Este monto equivale a apenas 16 dólares en el tipo de cambio informal.
El informe, publicado en la página oficial de la ONEI en Facebook, evidencia la creciente desigualdad entre los ingresos y el costo de vida en la isla. A pesar del aumento salarial en comparación con años anteriores, la cifra sigue siendo insuficiente para afrontar la actual crisis económica.
Utilizando como referencia la tasa de cambio informal de 363 CUP por un dólar, reportada por la plataforma elTOQUE, el ingreso mensual promedio no alcanza a cubrir ni lo mínimo necesario. Incluso utilizando la tasa oficial de CADECA (109 CUP por USD), el salario apenas supera los 50 dólares.
Las diferencias salariales entre las provincias también son significativas. La Habana reportó el salario medio más alto con 6,449 CUP, seguida por Artemisa (6,046 CUP) y Holguín (5,927 CUP). Estas cifras, aunque superiores, siguen alejadas de proporcionar estabilidad económica.
Por el contrario, Santiago de Cuba presentó el salario medio más bajo del país: 5,123 CUP mensuales. A esta le siguen Granma (5,263 CUP) y Guantánamo (5,258 CUP), todas por debajo del promedio nacional, lo que pone de manifiesto una profunda desigualdad territorial.
La disparidad también se refleja en el nivel medio, con provincias como Camagüey (5,564 CUP), Matanzas (5,493 CUP) y Las Tunas (5,310 CUP), donde los trabajadores enfrentan retos similares para adquirir productos básicos.
En redes sociales, ciudadanos han compartido sus experiencias diarias para ilustrar el bajo poder adquisitivo. El testimonio de una maestra que solo pudo comprar jabón, detergente y pasta dental con su salario mensual ha tenido un fuerte impacto.
Asimismo, se volvió viral el relato de un médico cubano, cuyo salario apenas le alcanzó para comprar una libra de carne de cerdo, un cartón de huevos y algo de arroz y frijoles. Esta situación refleja la precariedad en sectores altamente cualificados.
Mientras tanto, el salario real en Cuba sigue perdiendo valor frente a una inflación persistente y un mercado informal que establece sus propias normas. La brecha entre el ingreso oficial y las necesidades básicas crece cada día más.
