Foto: Archivo CN360 | Imagen Ilustrativa
Este lunes, la Empresa Provincial de Transporte de La Habana (EPTH) desmintió públicamente que un ómnibus estatal se haya quedado sin combustible dentro del Túnel de la Bahía. Esta negación contradice lo afirmado horas antes por el ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila. La situación ha generado confusión entre los ciudadanos y ha evidenciado problemas de coordinación comunicativa dentro del Ministerio.
De acuerdo con la aclaración oficial, el ómnibus articulado #378, que estaba prestando servicio de refuerzo en la ruta A40, no se detuvo por falta de combustible, como se habían divulgado en redes sociales y medios. “La información no es verídica”, enfatizó la empresa, explicando que el vehículo experimentó una avería técnica debido a la entrada de aire en la bomba de combustible, y que tenía 85 litros en el tanque en el momento de ser remolcado a la terminal.
La controversia surgió tras un mensaje publicado por el ministro Rodríguez Dávila, quien afirmó que el vehículo se había quedado varado en el túnel y que los pasajeros “tuvieron que exponerse al peligro de salir caminando”. Esta versión, proporcionada por la máxima autoridad del sector, fue recogida y difundida por varios medios antes de que EPTH emitiera su comunicado. Sin embargo, resulta curioso que el titular al parecer ha eliminado el post de sus perfiles oficiales.
Los usuarios en redes sociales han reaccionado con incredulidad ante la contradicción entre ambas versiones oficiales. “Bueno, la Dirección Provincial de Transporte de La Habana le está diciendo mentiroso al ministro”, comentó una internauta, quien también cuestionó la falta de acción de la policía de tránsito para proteger a los pasajeros que quedaron en medio del túnel.
El comunicado de EPTH no menciona en ningún momento al ministro ni ofrece detalles sobre la investigación que él anunció. Tampoco se refiere al reporte que indica que los pasajeros debieron abandonar el ómnibus a pie, lo que deja sin aclarar uno de los aspectos más sensibles del incidente.
Este hecho, más allá del desperfecto técnico en un solo vehículo, ha puesto bajo la lupa la gestión de la comunicación institucional en un sector donde la percepción pública ya está deteriorada por problemas recurrentes de transporte. La falta de coherencia entre el ente ministerial y su empresa subordinada plantea interrogantes acerca de la efectividad del flujo de información interna.