Foto: Haydee Milanés | Facebook
La talentosa compositora cubana Haydée Milanés ha regresado a Madrid para llevar a cabo una serie de tres conciertos que culminaron este viernes en el espacio Recoleto Jazz. Durante estas presentaciones, acompañada del contrabajista español Javier Colina, la cantautora rindió homenaje a la icónica artista cubana Marta Valdés, quien falleció en octubre de 2024, e interpretó emocionantes canciones que evocan su tierra natal.
En su retorno a la capital española, donde cuenta con un considerable número de seguidores, se presentó también la miniserie «Son para despertar a una negrita», del realizador y fotógrafo Alejandro Gutiérrez Morales.
La proyección tuvo lugar en Casa América como parte de las conmemoraciones del centenario del nacimiento de Celia Cruz (1925-2003), un emblema de la música cubana a nivel mundial.
Este proyecto explora la relación entre Pablo Milanés y su hija, utilizando un valioso material de archivo e impresionantes entrevistas con la cantautora, así como con su madre, Zoe Álvarez.
La obra, que toma su nombre de una de las canciones de Pablo, se erige como un diálogo íntimo. En este intercambio, Haydée reflexiona sobre la carrera de su padre y los lazos que han compartido en distintas etapas de su trayectoria, desde sus inicios como cantautor hasta su consagración en el ámbito musical cubano y la grabación del álbum Amor, que fue lanzado en el Teatro Karl Marx de La Habana. La cantante narra cómo se produjo la grabación del disco y comparte detalles sobre la preparación de un concierto que fue un éxito en el teatro de la capital.
Los relatos de Haydée, radicada en Miami, son tan significativos como las imágenes de archivo. A través de estos materiales, el espectador puede sumergirse en la vida de Pablo, como si fuera parte de su entorno familiar en esos momentos clave de la historia. La serie también ofrece un repaso de la vida de Haydée, a través de la óptica y la experiencia de Pablo. Se trata de una conexión recíproca que el realizador captura de manera excepcional, siendo también testigo de esa relación que ha aportado significativamente a la música cubana.
Hablar de Pablo no es un capítulo cerrado. Este documental lo ratifica con profundidad a través de siete episodios de diez minutos cada uno. Sus canciones se presentan como testigos vivos de la cultura y realidad cubana, además de representar la ética del cantautor; su legado ha sido asumido por sus hijas, asegurando que continúe resonando en las nuevas generaciones.
Haydée se muestra transparente en la miniserie, hablando de su padre con la misma sinceridad con la que interpreta sus canciones, trayendo al presente una historia que es ineludible dentro de la narrativa de la música cubana.