Foto: Cuba Noticias 360
A pesar de los trucos que el cubano promedio pueda utilizar —incluyendo la compra clandestina de gas licuado a precios exorbitantes—, cocinar con carbón es una cuestión de tiempo: en algún momento el combustible se agotará y, en un contexto marcado por apagones que pueden alcanzar hasta las 20 horas diarias, será inevitable volver al carbón. Este recurso, un vestigio del pasado que muchos pensábamos olvidado, ha resurgido nuevamente. Cocinar con carbón rememora la Cuba de antaño; encenderlo, por otro lado, representa un verdadero desafío en la Cuba contemporánea.
Usar carbón por elección, ya sea para asar un cerdo en fin de año o para disfrutar de recetas que mejoran con el fuego lento, no es lo mismo que hacerlo por necesidad, cuando las reservas se han agotado y las autoridades no ofrecen las explicaciones que se requieren.
De este modo, hay que arremangarse, emplear un abanico para avivar las brasas y utilizar varias técnicas para evitar que el carbón se extinga de inmediato, un proceso que resulta largo, complicado y genera múltiples inconvenientes.
Cuba Noticias 360 recopila 7 trucos caseros, algunos sorprendentes y otros heredados de las abuelas, para conseguir que el carbón prenda:
1. Las jabas de nylon: Uno de los métodos más comunes es encender las jabas de nylon que se entregan en las tiendas para envolver las compras. Este material arde rápidamente y es suficiente para iniciar una pequeña llama sobre el carbón. Muchas personas en Cuba conservan estas jabas con esmero, sabiendo que pueden ser más valiosas que una caja de fósforos.
2. Aceite de cocina reciclado: Otro método muy utilizado es recolectar el aceite usado de la fritura y verterlo sobre el carbón. Este líquido inflamable ayuda a que el fuego se encienda rápidamente y se mantenga activo. En algunas comunidades, incluso se intercambia por pequeñas cantidades de carbón, en un trueque que refleja la creatividad en tiempos difíciles.
3. Pastillas de “líquido de freno”: En una maniobra más arriesgada, algunas personas empapan trozos de tela en líquido de freno o gasolina, productos que no siempre son fáciles de obtener, pero que algunos logran conseguir por medios alternativos. Estas improvisadas “pastillas” se colocan entre los trozos de carbón y se prenden con un fósforo o un encendedor.
4. Ventiladores para avivar la brasa: Encender el carbón no solo requiere fuego, también necesita oxígeno. Ante la falta de fuelles tradicionales, muchos cubanos adaptan ventiladores dañados, trozos de cartón o tapas de olla para abanicar el fogón y acelerar el proceso de combustión.
5. Resina de pino: En las zonas montañosas de Cuba, especialmente en el oriente, algunas familias recolectan trozos de resina de pino seco, conocida por su alta inflamabilidad. Esta resina se coloca entre los carbones y actúa como un fósforo natural de larga duración.
6. Cáscaras de coco y mazorcas secas: Los desechos agrícolas, como las cáscaras de coco seco y las mazorcas de maíz, han adquirido nuevo valor al ser utilizados como combustibles auxiliares. Ardemos con fuerza y ayudan a mantener el calor mientras el carbón enciende por completo. En mercados campesinos, estos productos se ofrecen como “ayuda para el fogón” y su precio ha aumentado con la demanda.
7. Velas recicladas y cera de altar: En una curiosa fusión entre lo espiritual y lo práctico, muchas familias han comenzado a reciclar los restos de velas utilizadas en ofrendas religiosas para encender el fogón. La cera, tras ser derretida, se puede usar para preparar pequeños “tizones” o encendedores caseros.
Para algunos, estos trucos reflejan el espíritu emprendedor del cubano, que no se rinde fácilmente ante las adversidades; para otros, ilustran mejor que cualquier estudio sociológico los extremos de precariedad a los que ha llegado la isla, obligándola a revivir escenas del pasado.
Lo cierto es que el ritual cotidiano de encender el carbón exige una elevada dosis de creatividad y paciencia, dos ingredientes que, en medio de los apagones y del estrés diario por conseguir alimentos, no abundan en estos tiempos.