Foto: RRSS
Texto: Hugo León
La noche del 23 de mayo en Bayamo se tornó insólita. Cientos de habitantes salieron a las calles para manifestar públicamente su frustración ante los prolongados apagones, la escasez de alimentos y la falta de respuestas claras por parte de las autoridades. Las escenas, documentadas en videos que circulan en redes sociales, reflejan un pueblo cansado del silencio oficial y de las promesas incumplidas.
Las manifestaciones se concentraron en zonas como las calles 16 y 22, donde grupos de vecinos expresaron a gritos a los funcionarios del partido que “¡No queremos más muela!” y, al unísono, lamentaron que ni los niños pudieran asistir a la escuela bajo las condiciones actuales.
Testigos relatan que el suministro eléctrico fue restaurado repentinamente en algunas áreas justo después de que comenzaran las protestas, lo que fue interpretado como una respuesta inmediata a la presión de los vecinos.
Uno de los videos más difundidos muestra a un coronel de las FAR intentando dialogar con los manifestantes, acompañado de oficiales de alto rango. No obstante, la multitud reaccionó con abucheos, expresiones de necesidad de alimentos y gritos de libertad.
Se evidencia nuevamente una marcada discrepancia entre el discurso institucional y la dura realidad que enfrentan los cubanos día a día.
Se exacerban las redes sociales y así responden las autoridades
Cientos de miles de cubanos en el extranjero observan con angustia cómo sus familiares enfrentan la oscuridad de los apagones y la falta de recursos. Como suele suceder durante las protestas en Cuba, muchos emigrados utilizaron las redes sociales para ofrecer mensajes de apoyo a quienes estaban en las calles.
Las manifestaciones representan un reclamo legítimo y necesario por derechos fundamentales, y no son eventos aislados, ya que los problemas son cotidianos, como señalaron varios internautas.
Otros emigrantes instaron a que más localidades también se unieran a la lucha para exigir al gobierno sus derechos elementales.
Por su parte, la narrativa estatal se centró en minimizar las protestas. Mientras en las plataformas digitales se difundían numerosas imágenes y videos, la prensa oficial y las autoridades describieron el incidente como un “diálogo con la población”, en el contexto de la “compleja situación energética del país”.
No es la primera protesta que ocurre en Cuba en tiempos recientes. En los últimos días se han registrado manifestaciones similares en Cienfuegos, Santiago de Cuba y otras localidades del centro y oriente del país, todas impulsadas por la misma mezcla explosiva: hambre, apagones y un agotamiento que desborda la paciencia ciudadana.
