Texto: Redacción Cuba Noticias
Foto: Milkos de Sosa / Facebook
En su momento, el padre Prevost, ahora conocido como León XIV, visitó Cuba en dos ocasiones: primero en 2008 y luego en 2011. Como Superior General de los Agustinos, llegó a la isla con el propósito de llevar a cabo el trabajo pastoral de su orden, interactuando con comunidades en Ciego de Ávila, Las Tunas, La Habana y Holguín.
La noticia de su elección el 8 de mayo ha suscitado una ola de expectativas entre los fieles cubanos, tanto dentro como fuera del país. José Joaquín Espino, rector del Santuario Nacional Ermita de la Caridad, lo expresa de manera clara: “Es importante para nosotros porque conoce la realidad de Latinoamérica”. No se trata solo de un dato anecdótico; el hecho de que el Papa haya vivido de primera mano la realidad cubana impacta en la percepción de una Iglesia que se siente cercana y empática.
Durante su visita a Chambas, Ciego de Ávila, compartió una comida con la familia de Dalia y Celita. Las imágenes capturadas por el creador de contenido Milkos de Sosa muestran a un sacerdote sonriente y sencillo, disfrutando de una comida con los lugareños. Esta escena doméstica resuena hoy con fuerza, ya que el hombre que una vez estuvo allí es ahora el líder espiritual de más de mil millones de católicos.
Los obispos cubanos han expresado su alegría por la elección de León XIV, a quien consideran un “don pascual” para la Iglesia. En un mensaje desde La Habana, subrayaron su “sí generoso” al servicio de Dios y su disposición para enfrentar una misión “abnegada y difícil”.
El recuerdo de su paso por Puerto Padre también ha resurgido. Allí, donde los agustinos trabajaron durante 14 años, Prevost dejó una huella imborrable. Fue recibido con cariño por los fieles y acompañó a la comunidad en su labor pastoral. Esa cercanía, según el investigador Julio César González Pagés, ha solidificado vínculos que hoy adquieren relevancia. “Lo recuerdan con cariño”, afirma.
Su experiencia como misionero en Perú y como obispo de Chiclayo complementa un perfil caracterizado por el contacto directo con las realidades sociales más complejas del continente. Su nombramiento como prefecto del Dicasterio para los Obispos en el Vaticano lo colocó en el centro de las decisiones eclesiales, sin embargo, su estilo pastoral ha permanecido inalterado.
Desde Roma, León XIV ha hecho un llamado a “caminar juntos por la paz y el Evangelio”. En Cuba, este mensaje resuena en un contexto de retos sociales, económicos y espirituales. Los obispos han reafirmado su compromiso de unidad y oración por el Papa, encomendándolo a la Virgen de la Caridad del Cobre.
La historia de un almuerzo sencillo en una casa cubana, compartido por un sacerdote estadounidense, se transforma hoy en símbolo. Cuba lo conoció antes que el mundo, y tal vez por eso, muchos en la isla y en el exilio miran a León XIV con una esperanza renovada: la de sentirse comprendidos por alguien que ya estuvo cerca.