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En una visita oficial al municipio de Gibara, en Holguín, el primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, afirmó que la recuperación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) es la “prioridad número uno” del gobierno, destacando que se están llevando a cabo inversiones, especialmente en parques solares, para mejorar la situación de cara al verano. Sin embargo, no ofreció ninguna cifra que respalde sus afirmaciones.
Marrero aseguró que están “concentrados en continuar con las inversiones”, específicamente en energía fotovoltaica. No obstante, la realidad que enfrentan millones de cubanos, con apagones que superan las 15 horas diarias, contradice cualquier narrativa optimista. La escasez de electricidad impacta desde el almacenamiento de alimentos hasta los servicios médicos.
Más que presentar una política energética clara, el gobierno recurre a una fórmula desgastada: prometer que “la situación mejorará” sin detallar cuándo, cómo ni con qué recursos.
Con cierto énfasis, el primer ministro declaró que los resultados se verán “poco a poco” y que la clave radica en el esfuerzo local. Insistió en que cada comunidad debe buscar soluciones por su cuenta. Así, mientras el Estado reconoce su incapacidad, descarga sobre los ciudadanos la responsabilidad de encontrar la manera de sobrevivir. En su propuesta, por ejemplo, sugirió construir organopónicos con “madera rústica” y regaderas hechas en casa, como si el país no estuviese ya agotado por la falta de materiales, agua y alimentos.
En otro momento, Marrero hizo un llamado al cambio de mentalidad de los cuadros del Estado. Indicó que no se puede permitir que “los colectivos pierdan el ánimo por culpa de dirigentes incapaces”, como si esos dirigentes no fueran elegidos por la misma cúpula de poder a la que pertenece, y que esa cadena de ineficiencia es el resultado de un sistema sin controles ciudadanos ni alternancia política.
El primer ministro también abordó temas sensibles como el abandono de los ancianos, las dificultades burocráticas para acceder a medicamentos y el mal uso de tierras en usufructo. Como en casi todos los discursos oficiales, el embargo estadounidense fue señalado como “la principal causa de los problemas del país”. Sin embargo, Marrero también mencionó el llamado “autobloqueo”, una forma ambigua de reconocer errores internos sin asumir responsabilidades. Esta maniobra discursiva intenta desviar la atención sin ofrecer soluciones efectivas.